Me da la
sensación de que el convenio de los gobiernos que forman parte de la Unión
Europea, está cojo. Procuran que los países tengan el mismo déficit, pero se
hace bien poco por igualar las condiciones productivas, el nivel de
industrialización o los salarios. Una Unión real no debe ser la que se
beneficia del de al lado, sino la que procura que el de al lado alcance el mismo
nivel de bienestar de aquél que disfruta una privilegiada posición. Habrá que
trabajar para hacernos una potencia todos, no para que algunos se aseguren unas
ventas mayores, no para que unos tengan toda la industria y otros no tengan
medios de producción, habrá que repartir, digo yo.
A mi la Unión
Europea me convence si se trabaja para evolucionar socialmente,
productivamente, sanitariamente, educativamente, etc., pero para que algunos
seamos los criados y otros los señores, no me parece adecuado ni conveniente. Una
zona de Europa no puede desconfiar de otra, no puede querer enriquecerse a
costa de otra, no puede querer endeudar a otra, no puede querer invadir a otra,
no puede, en definitiva, querer ganar una guerra monetaria.
¿Todos los
componentes de la Unión Europea sienten a todos los países miembros por igual o
van a lo suyo?, más bien esto último, yo no veo una unión de países convencidos
de seguir un proyecto común, más bien lo veo como un signo que pretende dar una
imagen de fuerza al mundo. Miedo a ser arrollados y una organización tras la
que se puedan parapetar, aunque los beneficios últimos no los percibimos los
ciudadanos, bueno en muchos productos vemos el “CE” y poco más. De algo si que
nos enteramos los ciudadanos allá por el 2000, que las cosas subieron un 66 %
con la entrada del euro, porque la magia fue que la moneda de un euro pasó a
ser el equivalente a las anteriores cien pesetas. A los sueldos no les ocurrió
lo mismo, o sea que en aquel preciso momento nuestro poder adquisitivo perdió
ese 66 %, un lujazo para las economías de los hogares españoles.
Cuando estábamos
levantando cabeza y vivíamos a un nivel bastante digno como producto de nuestro
trabajo, vienen con el invento de esta estafa llamada crisis, en la que parece
que no hay responsables sino que más bien se les ayuda y se les ingresan miles
de millones de euros a las entidades financieras, las mismas que han traído
toda esta miseria. ¿Esto también estaba en el plan de la Unión Europea, salvar
a los bancos y no a las personas?, el balance contable es lo que importa, los
dineros, los números, la gente no importa, cómo lo estén pasando tampoco, las
cifras tienen que cuadrar, los balances tienen que ser favorables para que la
del FMI se siga llevando su sueldo millonario, como estén los griegos, los
italianos, los portugueses, los irlandeses, los rumanos, los búlgaros, etc.,
eso no tiene importancia alguna.
O se modifican
las directrices del proyecto y se humanizan o la Unión Europea está abocada al
fracaso más estrepitoso.
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