Es casi
enfermizo como se siente uno cuando escucha una tertulia política, hay tantos
intereses que desemboca en una batalla de descalificaciones entre los
representantes presentes de cada partido político. En todas las cadenas de
televisión, ante la cercanía de la fecha para que se consoliden los pactos políticos,
no dejan de hablar de lo mismo, no dejan de meter el dedo en la llaga, hacen
las mismas preguntas y tratan de poner en evidencia la credibilidad de todas
las formaciones, que si antes decían que no iban a pactar con tal o cual, este
partido necesita de aquel otro, este viene a romper la hegemonía nacional,
aquel viene a cargarse la constitución o que este le exige a aquel que firme su
decálogo de transparencia y buen hacer.
Todo esto es
un lio, es repetitivo y cansino, mucho bla, bla y poca efectividad, ninguno va
al meollo de la cuestión que sería poner el programa sobre la mesa y ver
coincidencias con las otras fuerzas políticas, así como ver en que están
dispuestos a ceder uno y otro para completar un buen programa de objetivos
favorables para mejorar la situación de las personas de este país. Mientras el
tiempo transcurre en estas reuniones semisecretas, donde algunos dicen hablar
de temas ajenos a los intereses del país, hay muchas personas pasándolo
realmente mal. Supongo que cuando alguna fuerza política se alce al poder y
tome los mandos, una de las cosas que arreglará será toda esta tontería de los
pactos, todo este famoseo, todos estos pases televisivos que no nos llevan a
ningún sitio y espero que se prohíban los pactos. Los ciudadanos ya hablamos el
24 de Mayo y dijimos qué composición debería tener los gobiernos de cada ciudad
y de cada región o Comunidad Autónoma, ¿quiénes son ellos para modificar lo que
los ciudadanos hemos dicho?, esto tiene que terminar.
Van a
conseguir que nos asqueemos, que es al punto al que estamos llegando pues no
podemos olvidar que el mundo político de este país está inmerso casi al
completo en una farragosa corrupción que ha salpicado a casi todos los
dirigentes y a casi todos los partidos políticos del panorama nacional. La
ilusión despierta por las nuevas fuerzas alimentan el espíritu votante y
político de los ciudadanos pero hasta un punto, después viene la desidia, el
hartazgo y el desinterés por los temas políticos, y esto no es bueno para
nadie. Entre todos los elegidos en las urnas tienen que hacer política y no hay
que dejar afuera a ninguno o no se estará respetando la decisión de los
ciudadanos; se estará incurriendo en una maniobra antidemocrática aunque la ley
la ampare, se estará anulando la voluntad de miles de personas que optaron por
una ideología que tiene que estar viva en el gobierno, aunque a muchos no nos
pueda gustar.
Las cosas
pueden ser enormemente más sencillas, pero el sistema las tiene establecidas de
un modo más complejo, para obtener lo que algunos desean o bien por la derecha
y si no por la izquierda, así que una vuelta para un lado y si no otra para el
otro. Estoy harto de que todo sea tan tendencioso y al mismo tiempo tan poco
natural, normal y humano. Todo está demasiado mecanizado y programado en pos de
obtener un resultado previsto.
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