Volviendo a la
situación actual de pobreza que algunas familias padecen, ¿no creen que sería
una primera medida urgente a tomar por todos los Ayuntamientos, habilitar un
comedor público para atender a esas familias sin ingresos? Pienso que este
debería ser el proyecto número uno para cada Ayuntamiento, si es que están para
mejorar la situación de los ciudadanos, pues quiénes más necesitados que
aquellos que no tienen trabajo ni ingresos.
Esta acción de
solidaridad se debería coordinar adecuadamente con el Servicio Andaluz de
Empleo, para que hicieran un estudio de familias necesitadas, sin empleo y sin
ingresos para que sus miembros tengan un lugar donde alimentarse, como primera
y más básica necesidad para poder seguir viviendo.
Casi todas las
localidades tienen escuelas de cocina, o colegios con comedores y en último
caso pabellones deportivos, habría que coordinar con los servicios de que se
dispongan para prestar esta atención primordial y urgente. Gente voluntaria
cocinando para los demás, aunque si hay familias en esa situación, ellas mismas
pueden ir a esos centros a hacer sus propias comidas. Ellos lo que necesitan son
alimentos, los productos para hacer la comida, el gas o la electricidad, pues
allí lo tienen; solo tienen que ponerse de acuerdo en acudir a una hora
prevista para organizar un menú para una cantidad de personas necesitadas de ese
servicio. Estas personas se sabrían por la relación facilitada por el Servicio
Andaluz de Empleo y de esa manera se involucran en su alimentación, cocinando
para ellos mismos en algunos de los centros previstos.
Con las
viviendas se tendría que estudiar algo parecido, aunque ya es de suponer que es
un tema bastante más difícil de resolver, pero seguro que se pueden encontrar
vías alternativas. Lo que no puede un Ayuntamiento es ser ajeno a los problemas
de sus ciudadanos, tiene que buscar soluciones para esos casos de verdadera
necesidad, estudiando las situaciones una a una. El Ayuntamiento debe conocer
el número de familias desahuciadas de su localidad y debería tener un número
similar de viviendas para ofrecerlas en alquiler social, exigiendo como pago, si
el dinero no es posible en unos momentos, hacer trabajos sociales para el
mantenimiento y mejora de la comunidad, y que esas personas demuestren que
buscan empleo activamente y continuamente.
Queriendo se
pueden hacer cosas que de verdad importan, pero tienen este carácter porque son
vitales para las personas que se han salido del circuito social y han caído en
una cierta marginalidad. Hay que ayudar a estas familias, a esas personas para
que puedan subir al tren de la dignidad y puedan llevar una vida donde lo
básico, al menos, lo tengan cubierto. No se les puede abandonar a su suerte ni
el Ayuntamiento puede esconder la cabeza en un agujero, la realidad está ahí
delante de nuestras narices y no tenemos más remedio que ser solidarios con
nuestros vecinos.
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