Desde antiguo
algunas potencias han tratado de dominar a otros territorios del mundo, para
ello se hacían guerras y, ahora, se crean mecanismos que devoran la economía de
los más débiles. Concretamente, desde 1890, EEUU e Inglaterra han tratado de
ser el centro económico, político y territorial del Planeta. EEUU puso en
marcha la Primera Conferencia Panamericana de la que nacieron los Tratados de
Libre Comercio, entre EEUU y los países latinoamericanos; una forma más amable
de imponerse. Con estos tratados la economía grande se sirve de la economía más
pequeña, al mismo tiempo que se crea una dependencia de los países pequeños hacia
EEUU. La diferencia de poder, permite que EEUU imponga condiciones que no
podría imponer a otro país de poder similar al suyo. En los países que han
firmado dichos Tratados aumenta su endeudamiento, el desempleo y la pobreza.
Podríamos decir que se trata de una injerencia o invasión silenciosa que devora
a los Estados menos poderosos.
El falso argumento
que EEUU ha dado a los posibles firmantes de sus Tratados es el de que se van a
incorporar al mayor mercado del mundo, pero que si quieren nuestras industrias
vender en él, hay que aceptar las condiciones impuestas por EEUU; es ahí donde
comienza el drama. Te venden que van a desaparecer los aranceles y que los
productores, agricultores, ganaderos, etc., locales, obtendrán mejores cifras de
negocio. Lo cierto es que EEUU como gran potencia económica que es, actúa de la
siguiente manera en el caso de los agricultores: les subvenciona a un nivel
imposible para los países firmantes de los acuerdos, de tal forma que los
agricultores estadounidenses puedan competir en mejores condiciones; haciendo
desaparecer el sector agrícola nacional y, del mismo modo, los demás sectores.
Entran productos masivamente y hacen quebrar a los productores nacionales; por
tanto, las ventas nacionales apenas se incrementan, sino que se importa más,
debido a que EEUU obliga a los otros países a que relajen sus leyes, al mismo
tiempo que EEUU mantiene su nivel de exigencia para las compras de productos no
americanos.
EEUU trata con
sus acuerdos de que sus empresas y grupos inversores puedan operar libremente
en los países que aceptan el Tratado, y para ello, minimizan la soberanía de
los países frente al poder que conceden a sus empresas y grupos de inversión.
Para conseguir este punto, EEUU impone una comisión reguladora o Tribunal de
Arbitraje, compuesto por tres abogados independientes a los que se les otorga
poder suficiente como para maniatar las leyes de cualquier país y sacarle
dinero. Este Tribunal podrá denunciar a cualquier país que trate de hacer una
ley, que ellos estimen va a perjudicar los intereses comerciales de cualquier
empresa americana; teniendo capacidad para multar millonariamente a esos
Estados. Por tanto, el Tribunal de Arbitraje es una forma de sacar del tablero
de juego a los Parlamentos y la decisión de los ciudadanos; o sea, la soberanía
de los países. El Tribunal protege al empresario y al inversor americanos,
anulando la legislación de los países. ¿Qué capacidad de reacción para
defenderse dejan a los Gobiernos, si hay 75000 multinacionales al acecho para
denunciarte ante cualquier cambio legislativo?
Actualmente,
EEUU y una comisión europea negocian en secreto un Tratado similar a lo que
llevo expuesto, que nos afectará a todos los ciudadanos, se desconoce el grado
de exigencia sobre los países firmantes. Solo nos han llegado filtraciones, no
hay información oficial, la falta de transparencia y el secretismo son
absolutos. Dicen que no nos pueden decir nada por seguridad.
Lo que sabemos
es que EEUU está tratando que las autoridades europeas rebajen el nivel de exigencia
para preservar la salud de los ciudadanos, la calidad de lo que consumimos y
cuidar el medio ambiente. Con la legislación europea actual cantidad de
productos “basura” de las empresas americanas no tienen cabida: los pollos
clorados, las carnes adulteradas, hormonadas, o los animales y plantas modificados
genéticamente. Los productos modificados no se etiquetan en EEUU, no se ofrece
información a los consumidores, no se testan para el uso humano, por lo que se
derivan riesgos de su consumo. En Europa tenemos un principio de precaución, que
consiste en analizar y comprobar que un producto es inocuo antes de
comercializarse; sin embargo, en EEUU no se hace a priori. Allí, primero se
comercializa y ya se verán los resultados y peligros que se puedan derivar de
su consumo.
Lo que
interesa a EEUU es que la UE degrade sus normas laborales, sociales y medio ambientales,
porque sus normas son menos exigentes. De ese modo, sus productos menos cuidados
en cuanto a preservación de la salud de las personas, su mayor índice de
contaminación, su mayor tendencia a la privatización de los servicios públicos,
la utilización de más de 3000 productos químicos cancerígenos, tóxicos o
peligrosos, que están prohibidos en Europa, o el problema que representa para
los grupos inversores los derechos laborales; los quieren hacer desaparecer en
nombre del dinero, las inversiones y las cifras de negocio de las industrias
americanas. Si cualquier multinacional americana puede concursar para optar a
los servicios públicos de nuestro país, puede suceder que dentro de unos años
la Seguridad Social esté en manos privadas americanas, y ya sabemos qué tipo de
Seguridad Social hay en EEUU, privada, o la pagas de tu bolsillo, o te mueres
en la calle por un simple resfriado mal curado.
EEUU tiene el
30% del PIB mundial, gracias a que puede y hace uso de la maquinita de hacer
dinero, pero aún así uno de cada seis americanos es pobre, ¿qué viene a
ofrecernos EEUU?