¡No tenemos
arreglo! Si IU decide unirse a PODEMOS, los periodistas comienzan a hablar de
que IU se diluye en PODEMOS, o que éste o aquél le impone al otro no sé qué
cosa. De cualquier manera lo que me ha llamado la atención es que solo se haga
noticia de la pugna y los aspectos negativos, ¿por qué no mencionan la fuerza
de la izquierda, la unión de los ciudadanos para conseguir sus objetivos, y
cosas así? Sencillamente, se podría hablar de hacer políticas conjuntamente, ¡pero
no!, van al morbo, a lo que es lesivo, a lo que hace daño, a lo que empaña la
vida política y de las personas. No hemos aprendido casi nada, y lo peor de
todo, es que no queremos aprender.
Es imposible
que salgamos de la espiral del descontento, la infelicidad y la agresividad,
porque se practica poco en ese otro sentido, o en esa otra dirección. Siempre
remarcando la rivalidad, la lucha de poder, la competitividad destructiva, ¿qué
dejan para el bienestar social, la salud política y el respeto mutuo? Cualquier
movimiento que hagan unos u otros, parece, que siempre será motivo de críticas.
Echo de menos la valentía de desenmascarar los temas principales, esas tramas
que se cuecen allá arriba, en la oscuridad de las reuniones mafiosas, y que
tanto nos afectan en el vivir diario a todos. Echo de menos que la gente haga
su trabajo con la mayor honestidad y respeto, sin estar continuamente cayendo
en el insulto y el desprecio. Si aspiramos a vivir en una sociedad mejor, cada
uno de nosotros debe poner de su parte para alcanzarla. Los que tienen un
micrófono, una columna, o una cámara como herramientas de trabajo diario,
llegan mucho más lejos que el resto de la ciudadanía, y son ellos,
precisamente, los que deben dar ejemplo de una actitud responsable, con su
quehacer.
La
provocación, las manchas, las descalificaciones, o las tergiversaciones, nos
hablan del periodismo mediocre, que cae en la burda manipulación de las masas.
Para empezar, deberíamos gozar de un trabajo que lo pudieran desarrollar en
completa libertad, sin imposiciones de ningún tipo, dentro del buen gusto y las
buenas normas de educación, ¿quiénes se pueden dar el placer de hacer
periodismo en ese ambiente de total libertad?
Por otro lado,
las personas debemos escuchar la información, reflexionar sobre ella, aplicar
nuestro sentido común, procesar un poco y llegar a nuestras propias
conclusiones, pues tú, solo o sola, con tú mente, puedes llegar a sentirte tan
libre como quieras. De ese modo, cuando te expreses, no te conformes o limites
repitiendo aquello que escuchaste, pues lo que le importa a la gente es
escucharte a ti, saber qué piensas tú, encontrar nuevas versiones o posibles
soluciones; lo otro ya lo escucharon de boca del periodista de turno que dio la
noticia. Debemos acostumbrarnos a elaborar un poco nuestro propio criterio a
partir de lo que vivimos, o la información que recibimos.
Lo que no me
parece adecuado, y es lo que ha dado pie a este escrito, es que estoy
observando que si alguien da un paso en una dirección, malo; pero si lo da en
esa otra, también es malo. Mientras tanto los periodistas hablan del paso, del
movimiento, del zapato, del color del calcetín; sin embargo nadie habla de las
personas, de las consecuencias para todos, de la humanidad, de la vida, y de
cómo ese paso afecta a la ciudadanía. ¡Hace falta mucha más positividad,
claridad e interés por lo que es de todos!, también en el periodismo.
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