Últimamente me
empieza a resultar aburrido y rayante permanecer un rato en las redes sociales,
por la cantidad de protestas repetidas. Una situación beligerante de todos
contra los de siempre, generalmente, los de arriba, los que dirigen bien, mal o
regular… ¡toma, toma más!, insultos, términos mal sonantes que todos hemos
expresado en algún momento, pero que ya me hastía muchísimo. Sobre todo porque
parece que no va a ningún sitio, es poco contundente parafrasear, compartir
esta mierda escrita y muchas veces merecida, sin hacer diana porque la verdad
es que el Sistema se auto protege. Está bien diseñado y gestado en el mismo
vientre de la corrupción y el abuso, de tal manera que pasa sobre la población
como un rodillo anulador.
Son las gentes
las que tienen que cambiar para alcanzar una sociedad totalmente diferente, y
esto no se para, ni siquiera, a verlo mucha gente. Las personas tienen por
delante el día a día, su subsistencia, sus problemas laborales y familiares,
que son su primera preocupación; así que les queda poco tiempo para mirar
ciertamente qué está sucediendo. Experimento un conjunto de sensaciones que van
desde la impotencia, pasando por la rabia y la indignación, pudiendo alcanzar
la lamentación porque sé que tenemos capacidades para ser bien distintos, seres
mejores, y podemos engendrar una nueva sociedad; en la que se de la verdad,
ahora inexistente o escasa.
Es posible que
muchos piensen que se me ha ido la olla, pero en verdad os digo que el momento
actual es el que empuja a ello, aunque nuestros cuerpos y nuestras mentes, a
duras penas, se estén adaptando como mejor pueden. El medio es tóxico en toda
su amplitud: lo que bebemos, lo que comemos y lo que respiramos, que son los
elementos básicos para la vida, están contaminados a tope sin que los Gobiernos
puedan hacer nada que no estén permitiendo los hombres de negro. Además, al
hombre le hace un gran daño sus miedos, y estos les hacen vivir sufriendo e
inseguros, otros motivos para enfermar… demasiado bien estamos, atendiendo a
como nos están tratando. Añadan la estabilidad laboral como una necesidad
prioritaria, y el empeoramiento de los servicios públicos educativos y
sanitarios, como los más necesarios.
Todo lo dicho
se vierte en una coctelera, se agita vigorosamente, y resulta un brebaje que no
pasa por la garganta. Es amargo, áspero como una piedra y como no se puede
confiar en tipos de este pelaje mafioso; no hay más remedio que apartarse de la
ruin polución, si no queremos escapar manchados de hollín, caca y orín. La
calidad de los de arriba no puede ofrecer nada mejor, solo si los hicieran de
nuevo y recibieran otros principios más humanos, tal vez de esa forma,
actuarían sin miedo a los de negro y se atreverían a retarlos. La verdad y la
humildad no se quiebran nunca, menos ante gentuza sin valores. Solo la
insistencia ausente de miedos llega a cansar a los que quieren manipularnos y
dirigirnos. Uno ya lo puede hacer cuando su convicción es infinita, pero si ese
uno se convierte en millones de seres encaminados hacia unos objetivos, nadie
podrá con ellos. Esto es lo que está fallando en nuestra sociedad, y aquellos
que se han dado cuenta de este déficit se aprovechan. Tú eres como yo, y
nosotros somos como ellos… todos somos lo mismo y debemos unirnos para
defendernos de esos desaprensivos. Hasta que no lo entendamos nos toca sufrir.
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