Del circo
español comen cantidad de gente, cuantos más redobles mayor expectación, más
horas de emisión rumiante y redundante. Los periodistas no dejan de preguntar
lo mismo programas tras programas, todos quieren conocer el desenlace de este
tiempo de pactos políticos, pero lo cierto es que cada día se enconan más las
rivalidades y las pugnas entre partidos. Las esperanzas que se albergan de que
se pongan de acuerdo en algo es remota, cada uno de los partidos solo trata de
cuidar a sus votantes directos mientras ignoran al resto del conjunto de los
españoles. Es una lucha por mantener votantes y si pueden aumentarlos, pero
están centrados solo en eso, no les quepa la menor de las dudas, tienen un
desconocimiento de donde estamos situados y de lo que estamos sintiendo los
españoles, que es total.
Oír a estos parásitos
del dinero público es darse cuenta de que no hay nada que hacer, estamos
perdidos y tendremos que ir a votar hasta que el cuerpo aguante o a algunos se
les hinchen ciertas partes del cuerpo… y aquí suceda algo que todos lamentemos.
La indignación se puede soportar hasta cierto punto, y creo que ese punto se ha
sobrepasado hace algunos meses, tal vez algunos años; lo que no llego a
entender es como tenemos tanta capacidad de aguante y esto no ha reventado ya. Es
lo último que desearía, pero ya me avisaba un amigo, cercano a los políticos,
pues él mismo tiene algunos familiares que están dentro del “kiosco” – esto solo
se puede arreglar a través de un acto de violencia, no hay otra solución. Se lo
he oído en varias ocasiones que se han terciado en nuestras conversaciones
acerca de la situación y de la degeneración de los políticos que nos han estado
gobernando. Los casos de robos, llamados corrupción, que hemos soportado en los
últimos años son los escándalos más sonados y el ejemplo de saqueo continuado
que hemos tenido en España. Ante esto hubiera sido normal un levantamiento de
toda la sociedad para echar a estos ladrones e indecentes de las Instituciones
españolas. ¡Hay que ver como se puso Rajoy cuando Pedro Sánchez le llamó
indecente!, pero es que no ha demostrado ser otra cosa que un indecente, un
cobarde y un inepto. Lleva cinco años al frente del Gobierno y de su partido,
en el tiempo que más escándalos han saltado a la palestra, y él no se ha
enterado de nada, cuando varios jueces han investigado al PP hasta tacharlo de
organización criminal para delinquir. ¡Esto no hay quien se lo crea! No se
puede estar al frente del partido y del Gobierno, ser corruptos un montón de
gente a su alrededor siguiendo unas pautas estructurales de comportamiento
dentro del partido para llevarse la pasta, y el Sr. Rajoy está al margen de
todo además de no haberse enterado de nada; o es tonto, o como mínimo es un
gran inepto, y de cualquier manera debemos comprender que no está a la altura
del cargo que ocupa.
Vamos a
terceras elecciones de cabeza, cuesta abajo y sin frenos, o sea, que el
trompazo que nos vamos a dar contra el cristal de las urnas está asegurado,
salvo que en el último minuto una luz cegadora ilumine a alguno de ellos y
realice una maniobra inesperada. Y lo peor no es votar, pues como dicen algunos
en la dictadura reclamábamos votar democráticamente… pues nos vamos a hartar de
hacerlo. Si siguen como hasta ahora, iremos a las cuartas, a las quintas y Dios
sabe a cuantas iremos. No hay voluntad de pactar y sí hay muchas ganas de
combatir para descalificar, un camino que conduce a ninguna parte. Mientras no
se pongan de acuerdo en un programa único que solo persiga el bien de la
ciudadanía, anulando sus egos, desplazando los colores de sus partidos, sus
siglas, y si hace falta, sus ideologías para dar paso a las políticas
necesarias para vivir mejor y sin excluir a nadie en esta sociedad española del
siglo XXI; nos dolerá la cabeza de los golpes que nos daremos contras las urnas
y por la desilusión de los resultados obtenidos.
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