¡Qué alegría!, en los
informativos del 24 de Julio, han difundido la noticia de la decisión del
Gobierno de Palma de Mallorca de prohibir hacer daño a los toros. Yo llevo
algún tiempo tratando de suavizar el radicalismo de los animalistas que quieren
impedir que se celebren corridas de toros, y no porque sea aficionado… nunca he
ido a ver una corrida, salvo breves faenas televisadas, evidentemente, sin
poder soportar mantener la mirada cuando el torero se dispone a asesinar al
animal… eso hiere mi sensibilidad y evito verlo, cambio de cadena, etc.
Como siempre que los políticos
tienen que opinar o votar acerca de algo, sobre todo en los últimos tiempos, PP
y C’s, se oponen a que en la celebración de las corridas se libre al toro de
recibir el castigo injustificado, salvaje e inhumano, hasta producirle la
muerte atravesado por el acero. Además, veo estupendamente que se haga un
reconocimiento físico y un control antidoping al animal, para que se compruebe
que no se le haya hecho ningún daño. Es un éxito que también deben digerir y
procesar los aficionados, porque ellos podrán seguir viendo las faenas de sus
figuras preferidas, y los que luchan por proteger la vida de los toros, también
habrán triunfado, logrando salvar la vida de los animales. Al final, todos
felices o, al menos, así debería ser si ambas partes fueran inteligentes.
Es un buen comienzo que en Palma
se regulen estas celebraciones para que entren en razones y se respete la vida
y la dignidad de los animales. Espero que en breve esta misma normativa se
extienda al resto del territorio nacional. Yo voy más lejos, no solo se trata
de proteger la vida de los toros, sino de todos los animales, no se pueden
asesinar animales porque hoy en día los nutricionistas tendrían mucho que decir
al respecto, en cuanto a una forma correcta de alimentarnos sin tener que
sacrificar animales. La gente defiende lo que ve, en este caso, los toros, pero
cada día asesinan millones de animales de una manera bastante deficiente y
salvaje, algo que se debería parar, a ver quién le pone el cascabel al gato,
porque ahí están involucradas cantidades de multinacionales de la alimentación,
cantidades de mataderos, etc., que son miles de puestos de trabajos que
tendrían que reconvertirse en otra cosa; pues el negocio de la muerte de
animales tendría que llegar a ser otra cosa más ética. Tenemos que aprender a
alimentarnos sin asesinar animales… es cuestión de complejidad orgánica, y si
lo quieres podemos tratar de estudiar una alimentación a base de frutas y
frutos secos, sin necesidad de matar ni siquiera vegetales, pues los frutos
cuando están lo suficientemente maduros son dejados caer al suelo por sus
árboles o arbustos.
Darle la vuelta a todo esto es
una empresa titánica, porque hay que pelear contra las fabulas y los cuentos
que llevan cien años vendiéndonos los departamentos de marketing, los dietistas
comprados por las multinacionales y los estudios nutricionales pagados por
aquellas.
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