Cuando a Bárcenas le echaron del
PP y, además, le repudiaron, le criticaron e insultaron, llamándole ladrón que
había robado muchos millones al PP; el Sr. Bárcenas mostró a la prensa parte de
su trabajo contable de aquella contabilidad extracontable, como él mismo le
llamó. Posteriormente, cuando fue requerido para declarar, volvió a afirmar que
esa era su letra, que esos asientos correspondían a la contabilidad B del
Partido Popular y que eran verdaderos movimientos contables. Asimismo, dijo que
el dinero de Suiza era suyo, ganado con inversiones, acciones y operaciones con
obras de arte, porque él había sido un emprendedor desde muy joven.
Conforme el cerco se cernía
alrededor del PP y comenzaban a tambalearse sus propias estructuras corruptas,
ha sido suficientemente evidente que entre el Sr. Bárcenas y el PP se ha
llegado a un acuerdo de no violencia para dejar de dañarse entre ellos y no
terminar ambas partes en Soto del Real. O sea, es un pacto para salvarse ambos
y que siga la impunidad habitual implantada por los políticos desde el comienzo
de la transición y, especialmente, durante los gobiernos del PP, que son como
una triturada de derechos y de papeles, como ha quedado acreditado en los casos
que se procesan y en la situación real de la gente de España: más pobre cada
día por tener salarios que pierden poder adquisitivo. Los salarios y las
pensiones están congelados frente a las subidas continuas de los precios de los
productos, incluidos, los de primera necesidad.
Hoy el PP vende cifras
macroeconómicas que no llegan a la gente, a pesar, de que estén festejando con
pura arrogancia y una absoluta falta de humildad, la bajada de la cifra del
desempleo. Hay que preguntarse cuál es la clase de trabajo que hace disminuir
esa cifra, porque la gente cada día más desesperada por conseguir ingresos,
acepta cualquier tipo de trabajo aunque le aseguren menos tiempo del obligado a
trabajar, o cobre una miseria. Este es el punto donde querían llegar algunos
del PP, que hace unos meses se manifestaban en los medios de comunicación,
alardeando que aunque fueran trabajos precarios sería mejor ganar algo, que no
tener trabajo… ¡con qué poco se conforman los del PP cuando el mal es ajeno a
ellos! Ellos no trabajan como Diputado por setecientos u ochocientos euros
mensuales, ¿por qué no?
El hermano de Ignacio González ya
va a comprar su libertad, pero Ignacio, “el tiburón”, no lo ha conseguido y
ahora vienen los llantos, ¿por qué no lo pensó antes cuando le robaba a los
madrileños? Ahora sus abogados pelean para demostrar que Ignacio se encuentra
en mal estado físico y sicológico; hace cuatro días las noticias decían que
Ignacio se encontraba muy bien, que se había adaptado a la vida en prisión y
pasaba las mañanas jugando a petanca y squash… vamos, de vacaciones. Espero que
si a cualquier persona decente nos cogen, desgraciadamente, en algún incidente
de mala suerte y nos condenan, nos echen enseguida de la cárcel por deterioro
físico y mental. Con la misma valentía que robaba, es con la misma valentía que
hay que cumplir la condena, y si de momento es prisión preventiva por ser un
individuo que puede pasar documentos por el eliminador de papeles, que tan bien
saben usar y con tanta frecuencia utilizan, sobre todo, cuando los documentos
son requeridos por la UCO o la UDEF. Concluyendo, el PP está podrido y es una
vergüenza que estemos gobernados por una banda de delincuentes. Nos han robado,
les han dado nuestros dineros a los banqueros, han legislado en nuestra contra,
la policía los palos nos lo dan a nosotros, nos culparon de la crisis y los
trabajos los hemos perdido nosotros… demasiado buenos y educados estamos
siendo, ¡duele, duele mucho!
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