Cuando escucho a Zapatero, quien
fue Presidente socialista del Gobierno español, reconociendo que el Rey Juan
Carlos I ha sido necesario y bueno para la estabilidad del país, hay algo que
no me cuadra. Los socialistas actuales que también se enmarcan dentro de los
republicanos defienden al Rey y hacen acuerdos con la derecha, acuerdos que van
en contra de la ciudadanía… hay algo que no va bien. El Rey Juan Carlos vino a
España como si fuera un niño dado en adopción por su padre el Conde de
Barcelona, al mismísimo dictador Franco para que fuera educado en España. Así
que al morir el dictador nos dejaron a alguien que había mamado el régimen
franquista, esto fue lo más democrático que se le ocurrió a Franco, este fue su
legado. Evidentemente, en un sistema de monarquía parlamentaria, el Rey ya no
tenía el poder absoluto y supo relegarse a una posición de no mandar tanto,
pero sí de mantenerse a costa del pueblo toda su vida.
Todos los miembros de la Casa
Real han vivido a cuerpo de rey, nunca mejor dicho, con un presupuesto altísimo,
mucho más alto del que han tenido la osadía de difundir en el intento de
alinearse con los que defienden la transparencia en las cuentas. Nos han hecho
creer que la Casa Real subsiste con calderilla, pero según algunos medios de
comunicación cercanos a la realeza y con conocimiento, han declarado que el
presupuesto es diez veces mayor al que la Casa Real anunció por primera vez.
Todos tratan de engañar a la ciudadanía, la Casa Real también lo hace. A
nosotros y nosotras nos han tomado todos como las fuentes de donde sale el
dinero para hacer cuanto ellos: políticos, empresarios, banqueros y realeza,
quieren. Dirigen el país como les da la gana y hacia donde desean. No hay
dinero para pensiones pero sí para rescatar autopistas. No hay dinero para
tratamientos de enfermos con hepatitis C pero sí para dárselo a los bancos. No
hay dinero para sanidad y educación pero sí para comprar empresas de agua en Latinoamérica.
No hay dinero para mejorar la vida en el país y terminar con el desempleo pero
sí hay dinero, miles de millones perdonados a los defraudadores acogidos a la
amnistía o perdidos en la ignominiosa corrupción de nuestros políticos.
A pesar de todas estas
circunstancias, hay cantidad de gente que se manifiestan como si la
Constitución fuera la Biblia Sagrada, perfecta, justa y divina. Mi creencia es
que, sinceramente, habría que llamar a los equipos de fumigación y
desinsectación, así como a los equipos de recogidas de enseres inservibles, y
deberían entrar por una punta de la Administración y salir por la otra. Creo
que hay que tomar el conjunto de leyes y modernizarlo, actualizarlo, al tiempo
que endurecerlo, taponando grietas y resquicios aprovechados por los
delincuentes de alto standing. Ya sé que eso es trabajo, tal vez, demasiado,
pero si queremos sanear hay que despreciar lo inservible hasta alcanzar las
zonas aprovechables, que visto lo visto, han de ser bien pocas. El estamento político
español profesa una especie de adoración a la Constitución, al mismo tiempo que
la sabotean o se la saltan cuando les da la gana. La misma Constitución habría
que revisarla artículo tras artículo, incorporar lo que deba regular de estos
momentos, pues como es lógico hay asuntos propios de estos días que, sin
embargo, no existían en 1978. Yo no le tengo tanto afecto o cariño a la
constitución, creo que es muy mejorable, tampoco soy un español que pierda la
cabeza por mi país, me siento ciudadano del mundo, no confío en la mayoría de
los políticos, han demostrado ser muy egoístas y falsos, y hay algo que hasta
me hace preferir la bandera republicana, me resulta menos empalagosa que tener
dos bandas rojas. La republicana me parece más hermosa y sin saber demasiado de
la historia creo que le fue arrancada a España y a los españoles por la fuerza
de las armas; creo que se debería restituir como bandera nacional, incluso
aunque de momento no seamos una república, sería hacer justicia.
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