Aburre tanta mentira. Aburre una
vida que lleva una trayectoria al margen de la gente, porque lo que más importa
es el dinero. Aburre que la vida de los seres humanos valga tan poco. Aburre
tanta desigualdad e injusticia. Aburre tanta corrupción, manipulación y robo,
sobretodo, cuando provienen de los políticos que estamos pagando. Falta mucha
vocación de servicio público en nuestros empleados, los políticos. Según
algunos, todos son unos fenómenos, han sacado unas oposiciones dificilísimas de
un modo brillante, pero a casi todos les ha dado por venir a robar a la
política, en lugar de hacer carrera en su profesión. Aburren los políticos
porque se mantienen distante con la ciudadanía… solo les interesamos para hacer
el juego de las elecciones cada cuatro años.
Los políticos no se han enterado
todavía, porque no les interesa hacerlo, que son nuestros empleados y, como tal
hay que tratarles. La población debe mandar, ordenar lo que queramos que
resuelvan los políticos. Nosotros no estamos aquí sosteniendo todo el gasto del
Estado para que éste nos obligue a hacer lo que no queremos hacer, que por otro
lado, es lo que viene sucediendo. Sus leyes, las de los políticos, las que se
corresponden con sus intereses, son las que nos aplican, venga bien o no al
bienestar de la ciudadanía. Los políticos no pueden ni deben perder de vista
que el objetivo somos nosotros, pero no objetivo de explotación ni de robo,
sino que todas las políticas han de ir encaminadas para conseguir un mayor
bienestar general de toda la población española. Cualquier problema que afecte
a la gente tiene que ser prioridad de nuestros empleados políticos, pero a
ellos les interesó más traicionarnos y anteponer el pago de la deuda por encima
del pago de los gastos en servicios públicos. Por eso, que no vengan con buenas
palabritas y sonrisas falsas, porque ya no les creemos, no estamos con ellos,
sino que más bien estamos tratando de quitárnoslo de encima… no nos interesa
esa clase de personas sin clase, sin valores, sin conciencia y deshumanizada;
así son la mayoría de ellos en ese gran teatro que se desarrolla en el Congreso
de los Diputados.
Todo puede cambiar y todo es
posible, pero ellos solo se retratan y podemos ver cuáles son los que están con
la ciudadanía y cuáles están con lo abstracto, con los términos, con las
palabras, pero no con las acciones y apoyando a la ciudadanía. Cataluña, desde
mi punto de vista es un ejemplo de lo que quiero decir, hay un govern que ha
salido como todos… de las urnas y que tiene un objetivo que cree es el mejor
para Cataluña. Para ello, va dando los pasos legales en su parlamento y votan
los que quieren votar; puesto que los que están en desacuerdo pierden su
derecho a votar y se salen del hemiciclo. Esta gente que se marcha, no acepta
lo que no le gusta, apelando a que es ilegal lo que decide la mayoría de la
población catalana allí representada. Ahora recurren a que son más escaños,
pero no son mayoría de votos, lo mismo que sucede en el resto de las elecciones
celebradas en España con la ley injusta que las rige, que los que consiguen más
escaños necesitan menos votos que algunos de los que sacan menos escaños, por
todo ese invento de las circunscripciones. De hecho, en las últimas votaciones en
España votamos casi veinticuatro millones de personas, de ellas, casi ocho millones
votó al PP, son minoría conforme a los dieciséis millones que votamos otra
opción y, sin embargo, están gobernando. Salvando todo esto, lo que vengo a
decir es que cuando una mayoría social o la representación de la misma demanda
algo, los políticos y las leyes se han de poner de su lado para conseguirlo,
eso es dar el poder a la ciudadanía, eso es democracia y no lo que quieren
algunos políticos que sea porque es lo que les conviene en estos momentos.
¿Por qué hablamos tanto de toda
esta problemática?, porque nos preocupa a todos, a los catalanes por supuesto,
y al resto de los españoles. Queremos que los asuntos se resuelvan de un modo
razonable, sin violencia y con sentido común. Ninguna de esas cosas tiene que
ver con el inmovilismo: “No lo puede hacer porque no nos da la gana de cambiar
las leyes, por tanto, es ilegal lo que pretende”; eso es una salida fácil y
seguir teniendo todo el aparato del Estado de tu lado, o sea, que haces lo que
te sale a ti de donde dijimos, obviando lo que la ciudadanía quiere que se haga.
Aburre tanta mentira y tanta manipulación por parte de muchos políticos, ya lo
dije al comenzar.
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