Estamos en las últimas horas, en
la recta final de la pelea referéndum sí, referéndum no. La colisión de trenes
es inevitable, salvo que alguno de ellos descarrile imprevisiblemente. Uno ha
venido mostrando la fuerza de los cuerpos de seguridad, el otro ha ido mostrando
que tiene papeletas, llaves para abrir los colegios y urnas de plástico. Ya
solo queda un día para que los que quieran y puedan vayan a votar. Supongo que
serán votaciones interrumpidas, se presentarán los policías, requisarán urnas y
listados del censo, expulsarán a la gente de los centros en donde se estaba
llevando las votaciones y, si tienen nuevos listados, tratarán de seguir
votando, pero como se entiende ya con lo expuesto, el recuento nunca se podrá
ajustar a lo que decidan los catalanes, a esto es lo que se debió referir Rajoy
cuando decía que no habrá referéndum.
Uno y otro se darán cuenta que
por la fuerza no se va a ningún lado, por eso dijo Puigdemont que declarará la
independencia unilateralmente, porque no les quedará otra forma de proseguir la
hoja de ruta hacia tal fin. Nos queda un domingo apasionante del que solo queda
esperar que no haya incidentes que tengamos que lamentar por la tozudez de unos
y otros. Votar es un derecho, pero la Constitución se queda ahí bastante corta,
solo recoge ese derecho cada cuatro años en las elecciones de rigor o cuando se
convoquen por necesidades del guión. No da la opción de hacer un referéndum y,
menos, de autodeterminación. Todo eso habría que plantearlo en el Congreso y
entre todos se debería de pactar, pero para ello hay que darle un puntapiés a
la España única e indivisible, a lo que muchos no están dispuestos. He
escuchado a algunas personas sobre el tema, dicen no estar dispuestas a que los
catalanes se queden con un trozo de España y proponen que se vayan del territorio
español y comiencen como república independiente o como quieran constituirse,
que así sí lo aceptarían. Esos mismos, por lo general y por esa razón del territorio,
son los que dicen que ellos también quieren votar, que todos los españoles
deberíamos votar si quisiéramos que Cataluña se independizara.
Yo, particularmente, estoy
contento de que se le plante cara al poder establecido, sobretodo, cuando no
escucha y cuando en lugar de dialogar salidas razonadas poniendo cada cual de sí
todo cuanto puedan, se enroca y echa mano de la justicia, a la que está
acostumbrado a manejar a su gusto, y a los cuerpos de seguridad, también a su
servicio, para amedrentar a una población que no acata unas leyes que no han
sido modificadas para dar cabida a algo que vienen pidiendo desde hace años.
Como contestación no es suficiente que otras muchas democracias no contemplan
la independencia de parte de su población. Cada país tiene su idiosincrasia,
sus demandas, y la obligación de sus políticos, si estamos en una verdadera
democracia, es dar cabida a esas demandas de la población, adecuando las leyes
y procurando la felicidad y el bienestar de la gente… eso les va en el sueldo,
aunque muchos todavía no se han enterado. Sin embargo, no se les paga para
enriquecerse a nuestra costa y corromperse, y lo hacen divinamente, para
apropiarse de lo ajeno son muy listos… algo que se sepa no está contemplado en
la Constitución. O sea, que todos los gobiernos que hemos tenido se saltan la
Constitución cuando les da la gana, para lo que a ellos les interesa. He ahí su
carácter constitucional falso, el que tanto restriegan al resto de los
españoles.
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