Una vez más voy a intentar
reflexionar sobre el tema catalán, que no problema catalán, ya que es la
actualidad del momento. Desde mi punto de vista, la unidad sería lo deseable,
claro está, si se dieran las circunstancias de que ambas partes se sintieran
satisfechas de los resultados de la unión. Esto es lo primero y primordial que
se tendría que dar para que el conjunto se diera, y esto se traduce para mí en
que en una España próspera, industrializada, donde se avanzara tecnológicamente,
científicamente, en investigación, etc., y donde la riqueza tuviera un reparto
equitativo y justo entre todas las regiones, posibilitando que toda la
ciudadanía en el territorio nacional viviera bien; creo que nadie tendría
necesidad de postular el distanciamiento. Sin embargo, y siempre es mi opinión
personal, si una zona del territorio se ve perjudicada en su progreso, cree que
aporta al conjunto de España mucho más dinero del que le devuelven y, además,
se ve obligada a hacer recortes por orden del Gobierno central, etc., pues en
estos términos una parte de la ciudadanía y de las autoridades catalanas
deciden seguir por su cuenta, se ven perjudicados de mantener una relación de
obediencia al Gobierno central y como ejercicio democrático desean dar voz a la
ciudadanía catalana mediante un referéndum, ¿es esto tan grave?, más aún, a
sabiendas que si votara toda la población catalana, según dicen los medios, los
independentistas estarían en minoría.
Esto es todo lo que hay montado
en Cataluña, esto es a lo que los más radicales de la derecha llaman golpe de
Estado, que no es más que un problema político, que debiera dirimirse con
política, pero que el Gobierno central lo hace con amenazas, intolerancia,
sanciones y posibles condenas de cárcel. Ya sabíamos que esto se movía como una
dictadura o falsa democracia, pero llegados a estos extremos es como mejor se
aprecia por las medidas que se barajan… y volverán los presos políticos, como
en la época del caudillo. No quieren habilitar la vía de intervención de la
ciudadanía en la vida del país, porque desde ese momento nos estarían cediendo
el poder, algo que no soporta esta dictadura en cubierto. Los políticos de la transición
han ido construyendo un sistema de privilegios para ellos y de contención de la
ciudadanía, la cual tiene derecho a hablar cada cuatro años, que ya ellos
interpretarán a su manera mediante una ley injusta, con la que no tiene el
mismo valor el número de votos necesarios para conseguir diputados,
favoreciendo a los partidos más fuertes, porque tal ley se hizo para que el
bipartidismo se alternara, dando poca o ninguna opción a los pequeños partidos.
Esta es la democracia de mentira que nos colocaron con monarquía incluida en
aquel cocido que llamaron transición, cuyos cocineros, en buen número, eran
personajes que venían del régimen franquista, comprendan cuáles son las raíces de
nuestra democracia.
Para terminar tengo que remarcar
que lo más democrático es que un pueblo se manifieste, haga saber sus
sentimientos, se obedezca sus mandatos, se les dé el poder; porque somos
adultos y porque somos los que mantenemos el sistema. Por tanto, que menos que
el sistema sea el que digamos nosotros y no el que nos impongan unos pocos. ¿A
qué viene ahora el movimiento del PP promoviendo una jura de bandera civil,
quiere cerciorarse de que quedan españoles, quiere hacer una demostración
masiva de que hay muchos que juran la bandera, como queriendo decir que están
con ellos? Estos del PP repiten esquema, antes la lucha de las dos Españas: la
izquierda y la derecha. Ahora, los nacionalistas y los independentistas…
¡señores del PP, abandonen la mentalidad del 36, que os está traicionando!
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