Hay un tema que me atrae a él,
una y otra vez, me refiero a la electricidad, por ser un servicio tan necesario
hoy en día, pues casi todo lo que usamos se alimenta de ella.
Electrodomésticos, máquinas de todo tipo, motores, cargadores, ordenadores y
algunos también conectan a la red a sus coches de última generación. Las calles
nos dan seguridad en las horas nocturnas, gracias al consumo eléctrico que
hacen las farolas, rótulos luminosos, etc. El mundo gira alrededor del petróleo
y la electricidad, incluso, en algunos centros de generación de electricidad se
consumen combustibles fósiles para calentar líquidos que lleguen a evaporarse a
presión y muevan las turbinas de los generadores de electricidad.
Vuelvo al tema una y otra vez,
porque creo que si las autoridades pensasen en nosotros y nosotras,
proyectarían centros de obtención de energía por medios alternativos,
aprovechando las fuerzas del agua, del mar, de los vientos o los rayos del sol.
Tendrían que hacer un estudio de las necesidades de cada población y de las
posibilidades para generar la electricidad demandada. Afortunadamente, tenemos
mucho litoral, muchos kilómetros de costas, grandes superficies de mar y
corrientes marinas, lugares de fuertes vientos y zonas de grandes irradiaciones
solares, durante muchas horas al día, durante muchos días al año. Tenemos
posibilidad de ser un país pionero en la generación de electricidad por medios
alternativos, pero a nuestras autoridades esto no parece importarles. Ellos no
quieren entrar en guerra con el negocio de la electricidad, lo que pondría en riesgo
los futuros sillones en los consejos de administración de las grandes compañías
del sector. Es allá donde van a parar los ex presidentes y ex ministros de los
gobiernos del país.
Toda la infraestructura, como
siempre, se paga con el dinero de los contribuyentes, por qué nos han de cobrar
por el servicio o el producto generado con los equipos o las máquinas que
pagamos entre todos. Estas deben trabajar para servirnos la electricidad de un
modo gratuito, al menos, en los hogares; quizá, todos aquellos que hagan
actividades lucrativas donde intervenga la luz, que paguen un plus. En cada
apartado de la vida en lo que piense, veo que las cosas se pueden hacer de un
modo distinto cuando el centro de todo, de verdad, es la ciudadanía. Justo
cuando se pierde de vista a la ciudadanía es cuando se priorizan otros asuntos,
que dan lugar a historias raras, si no que le pregunten a los gobiernos que
hemos tenido. Todos han hecho miles de cosas ilegales, a nuestras espaldas, con
nuestro dinero para beneficiarse ellos, sus partidos, sus amigos, sus familiares,
ciertos empresarios conocidos o banqueros con los que han mantenido algún tira
o afloja de dinero nada claro.
España podría ser algo más que la
cueva de ladrones a los que da cobijo. España podría ser rica si no hubiera
regalado tantos miles de millones de pesetas antes, de euros ahora. Todos
podríamos estar trabajando si los políticos hubieran valorado la prioridad e
importancia de tener trabajo, y les hubieran importado las personas de este
país. Todos podríamos amar mucho más a España, si a esta no la hubieran
convertido en la gallina de los huevos de oro de unos pocos. Todos viviríamos
felices si la calidad, valores, honestidad, ética y moral de nuestros
políticos, hubieran sido los adecuados. Hay mucho por hacer, a pesar de que
algunos hicieran como si gobernaran durante cuarenta años. Ahora… ya puedes ir
a besar la bandera.
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