Hoy vamos a soñar, y puestos a
ello, hagámoslo a lo grande, vamos a resolver todos los problemas de toda la
gente del mundo. Vamos a hacer uso de una supuesta varita mágica para
solventarlos. Si en estos momentos me fueran a conceder un deseo, pediría esa
varita que todo lo pudiera realizar para el bien de los demás… ¡sería
maravilloso!
Pienso en todos los hospitales
del mundo, hago el gesto de apuntarles con la varita y en mi cabeza el deseo
que todas las personas allí ingresadas, sanen al instante. Todas las personas
que les acompañen, también, sanen de cualquier mal del que todavía no tienen
noticias. Que el resto de personas del mundo que no se halle en ningún hospital
que sane de sus males, sean físicos, mentales o espirituales. Ahora pienso en
los millones de personas pobres que no tienen qué comer, hago un ademán de
apuntarles con la varita y deseo que todas puedan y tengan siempre comidas. Sus
lugares de residencia, sus tierras se vuelvan fértiles y estén cultivadas. Que
las plantas estén cargadas de frutos dispuestos para ser recogidos. Donde no había
agua con la que regar o beber, que haya pozos con agua abundante y en perfectas
condiciones para ser consumida. Que haya sistemas de regadíos para los
cultivos, así como motores para sacar el agua de los pozos. Que los motores se
alimenten de electricidad proveniente de sistemas fotovoltaicos. Por último,
que tengan a su disposición herramientas y útiles, así como semillas y el conocimiento
necesarios para seguir alimentándose de lo que la tierra les dé.
Me sitúo frente a un mapamundi y
deseo que en todos los lugares del Planeta que haya cualquier episodio bélico,
la intención de hacer daño a otros se borre de la cabeza de unos y otros. Que
no se pueda lanzar ningún proyectil contra ninguna población. Que ningún arma
se pueda disparar contra nadie. Que no haya motivos para hacerlo. Que a todos
se les borre de sus cabezas cualquier rencor, odio o interés por el que pudiera
querer hacer daño a otros. Señalo el mapamundi con mi varita mágica y todos los
conflictos mundiales cesan al instante. Para completarlo, otro deseo es
imprescindible, que todo lo destruido vuelva a quedar como estaba antes de que
la acción de las bombas lo destruyera.
Ahora vienen a mi mente los demás
seres vivos, en especial los animales, a los que tanto se asesinan para ser
comidos. Cojo mi varita y lanzo un deseo para que sea cumplido: La humanidad
tiene que hallar la forma de alimentarse sin matar a ningún animal más. Al
mismo tiempo, ha de ser un tipo de alimentación que no nos produzca ningún tipo
de carencias. Todos los envases que contengan animales troceados han de
desaparecer de los centros de ventas. Los mataderos se han de convertir en otros
tipos de industrias y los animales retenidos a les espera de ser sacrificados,
quedarán libres.
Pienso en el ser humano y con la
varita en la mano pido que todos los valores negativos desaparezcan. Que se
sienta uno con todo lo que existe. Que comprenda que todos somos lo mismo. Que
todos nos debemos relacionar con amor y respeto. Que no debemos competir jamás
sino colaborar entre nosotros. Que nadie debe quedar atrás y que nuestra misión
es llegar a ser felices.
Para terminar y poder soltar la
varita: que toda la humanidad colabore en alguna tarea, de la que antes se
llamaba trabajo, para poder tener todo lo que necesitemos. Que en dicha
colaboración tomemos parte todos, y que de sus beneficios disfrutemos,
igualmente, todos.
Colorín, colorado… este cuento se
ha acabado.
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