Demasiados intereses creados y
personas alfombras, mantienen en pie a la pieza de ajedrez. Dicen ser
republicanos pero dan cobijo a la pieza de ajedrez y a las demás piezas del
juego. Le asignan un presupuesto millonario del que nadie sabe nada, me refiero
a cómo lo gastan, en qué o, simplemente, si el dinero se queda en España o se
esconde en paraísos fiscales, pero el gobierno no ve necesario cuestionarse
nada acerca del conjunto de piezas del ajedrez. Si las piezas de ajedrez no son
ciudadanos como los demás, teniendo las mismas obligaciones y derechos, a mí no
me interesa el juego del ajedrez.
Si son piezas jóvenes, fuertes y
preparadas, ¿por qué no trabajan como los demás y se alimentan de sus sueldos,
no de ser mantenidos por todos los trabajadores? La parasitación no debiera ser
una vida permitida en ninguna sociedad, por supuesto, en la española tampoco.
Todos somos iguales, aunque no lo seamos ante la ley, ante los ojos de los
gobernantes, ni demás autoridades, pero ellos son alfombras para que transiten
las piezas de ajedrez.
Cada uno en su sitio haciendo
ejercicios espirituales, rezos, haciendo uso de la sanidad privada pagada con
dinero público, dando palmadas en la espalda a los disfrazados de fucsia, besándoles
la mano y poniéndose a las órdenes de estafadores de la conciencia. Esto es una
cadena organizada desde los primeros tiempos para manipular al conjunto de la
sociedad, aquí mandan los disfrazados de túnicas negras, las piezas de ajedrez,
los que dicen darnos empleo, los que dicen guardarnos los dineros, los que
dicen gobernarnos, los que dicen protegernos, pero todos ellos olvidan,
despectivamente, a los que se rompen el lomo para darles de comer. Importa un
partido de futbol y los pitidos al la,la,la y a la pieza del ajedrez, al mismo
tiempo que se hacen leyes que joden a todos los trabajadores y pensionistas,
qué consiguen con tanto malestar social… algo ha de haber por ahí que
justifique lo que hacen.
Los alfombras se dejan pisotear
por todos los que les llenen las carteras, asimismo, los que pisotean le dicen
a los pisoteados cómo nos deben pisotear ellos a toda la población. Para
hacerlo alertan a los de las pistolitas y las porras para que nos contengan en
nuestra rabia e indignación por lo que nos hacen. ¿No saben hacer nada mejor,
solo dan hasta allí? Tenemos unas alfombras que carecen de cerebro, solo son
grabadoras que recogen los mensajes de los que les pisotean. Esos mensajes son
reproducidos a la sociedad, ellos solo añaden la coletilla de no hemos podido
hacer otra cosa… ya nos hubiera gustado. Pero esa mentira les dura un cuarto de
hora, porque en seguida ya están sacando dinero para caprichos suyos y de los
que les pisotean. Esta es la maquinaria social-empresarial-ajedrecística de
este pobre país, en el que los malos abundan en número porque los otros de los
disfraces, también, negros, no mueven un dedo fuera de los límites que les
marcan los alfombras que dicen estar gobernando. Los alfombras se dedican a
decirse unos a otros: “tu alfombra está más pisoteada y más sucia que la mía”.
Ninguno de ellos ha descubierto el milagrito, un limpiador a base de honestidad
que todo lo aclara y todo lo limpia; ellos prefieren seguir luciendo los
lamparones que revelen el pisoteo. De cuando en cuando, hacen promesas a la
gente normal y trabajadora, dicen: “no se consentirá ni una más”, pero como
siempre, es una nueva mentira, se consienten, esa y muchas otras. Los alfombras
se niegan a trocearse y dejar de ser alfombras, echarse a los pies de las
piezas de ajedrez, del chalao de los misiles, de los dictadores compradores de
barcos, etc., ellos siempre quieren estar en la foto, viven de ello, de la
popularidad más que de sus buenas gestiones… ¡en fin, esta mierda es la que
tenemos!
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