Sigo sin explicarme por qué ha de
estar gran parte de la sociedad española harta de los insensatos, que se han
hecho con el poder por haber sido votados por una minoría de españoles y
españolas. No comprendo por qué los malos gobernantes, después de haber
ostentado el poder tantos años se muestran totalmente ineficaces para haber
pulido la sociedad, y seguimos regidos por leyes que no evitan la proliferación
de mangantes a la carta.
Algunos ya habrán salido en la
defensa de los que digo fueron votados por una minoría… y lo son, son minoría
comparados con cuarenta y ocho millones de habitantes, ¿lo son o, no lo son? Entiendo
que no fueron a votar todos los que podían hacer uso de su derecho y, también,
entiendo que la ley electoral a medida de los que siempre han gobernado en este
país, es un chanchullo, un apaño que les asegura obtener más escaños que los
demás con menos votos, o sea, a los otros les cuesta más votos los escaños. A
esto no le podemos llamar igualdad de oportunidades, es injusto, ocurre lo
mismo cuando vemos que la justicia no es igual para todos los españoles, una
realidad tangible que vemos todos los días. Hoy nos hemos enterado que en 2012
se celebró una reunión secreta entre Gobierno, justicia y la casa de las piezas
del ajedrez, para pactar la impunidad de Urdangarín… ¡todo un escándalo en
cualquier país serio!, pero ya sabemos… esto es una monarquía bananera o un Estado
de Derecho Torcido.
Lo que sucede en España es una
barbaridad, existe toda una maquinaria de hacer el mal, engañar a la
ciudadanía, robarle a los mismos, oprimirles, atemorizarles, sancionarles,
apalearles, empobrecerles; es la maquinaria corrupta que engloba al Gobierno de
cada momento, a los jueces y fiscales y a la casa de las piezas del ajedrez. En
otras ocasiones cuando interesa aprovecharse de ellos, se hacen chanchullos,
también, con mandos de los cuerpos de seguridad del Estado y hasta con la
cúpula eclesiástica. Aquí mandan todos los que se llevan la pasta, no así, los
que la ponemos… ¡algo incomprensible!
Mi cabeza da vueltas pensando
cómo podríamos quitarnos de en medio a todos estos parásitos y hombres de mal
vivir. Existe, por tanto, una organización mafiosa, totalmente identificada,
que a conciencia nos están perjudicando, están lastrando el progreso de este
país porque ellos se conforman con todo lo que se llevan y con que tengamos
turismo… al más clásico estilo franquista. Con Franco se fomentó el negocio
turístico y, desde entonces, los que llegan, como nunca piensan en el futuro de
España y en el bienestar de su gente, se dedican al pelotazo inmobiliario,
financiero, y en privatizar cuanto más mejor; son los chinchorros de la
Administración pública.
Si tuviera una varita mágica,
mañana no quedaría en el Gobierno ni uno de los que están en estos momentos, no
he visto una partida de mentirosos y desalmados, caraduras y sinvergüenzas,
como ellos. Creo que entre todos los que nos han gobernado, se han incumplido
todos los delitos tipificados en el código penal de este país. A pesar de ello,
siguen a los mandos, sin que se les caiga la cara al suelo, sin hacer un gesto
de arrepentimiento. Siempre en su línea: robando, engañando y corrompiéndose cuanto
más mejor.
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