Cada día se hace más evidente que
la gente del PP, al menos a nivel nacional, cúpula, etc., es de lo más
embustera que nos podemos echar a la cara, de lo más tramposa, de lo más
corrupta y de lo más cómplice. Cuánto les cuesta aclararse, decir la verdad de
los hechos… esa gente no se blanquea ni metiéndoles en una tina llena de lejía.
Dan asco, sí señor, a mí me lo dan, es inadmisible que los jueces y fiscales
estén tan callados, que no acusen ante todo lo que ha sucedido en España, para
que insistan con lo de la independencia de poderes y todas esas palabrerías que
suelen decir como si estuvieran diciendo una verdad. Ese es el Estado de
Derecho en el que creen todos esos que se llaman a sí mismos nacionalistas,
patriotas o constitucionalistas. Dicen acatar todas las decisiones judiciales,
¡claro!, porque las tienen pactadas u ordenadas… ¡así cualquiera!
El PP es como un animal herido en
busca de un rincón tranquilo donde ir a morir. Está lanceado por todos lados,
producto de su mal hacer, de su propia delincuencia, de su forma mafiosa de tratar
los asuntos de Estado, de su arrogancia y prepotencia exhibida para fastidiar a
la ciudadanía al tiempo que benefician, como tantas veces hemos podido ver, a
empresarios y banqueros. Los procesos importantes, las tremendas causas
judiciales contra el PP, se eternizan en los archivos de los juzgados hasta que
“milagrosamente”, siempre roban, desaparecen las pruebas incriminatorias contra
la gente del PP… ¡una casualidad! Evidentemente, cuando a usted, querido/a
lector/a se ve inmerso/a en un caso judicial, le llega el juicio y la
sentencia, pero a esa gente defensora de la patria, de España y de las
banderitas, claro está, a su manera, no les pueden condenar porque las pruebas
desaparecen en todas las narices del juez de turno y de las cámaras de
seguridad o los sistemas de alarmas, que se ponen todos los días, excepto el
día en el que robaron… ¡un poco sospechoso!, pero nadie ve nada extraño en lo
ocurrido, nadie lo relaciona con los inculpados de tal o cual caso pendiente de
juicio y, sobretodo, nadie hace nada. Yo lo he dicho mil veces… si se va a
juzgar a fulanito y roban las pruebas que le implican… fulanito ha de tener
alguna responsabilidad, si no toda, en la desaparición de los documentos y las
pruebas. Se da una orden de arresto y se le dice: “cuando aparezcan las
pruebas, se le vuelve a dejar en libertad”… veríamos lo rápido que aparecen.
Con la corrupción del PP, otro
tanto de lo mismo, si los fiscales y los jueces hubieran actuado como debieran,
mirando por lo que es de todos, por todo los que nos han robado, por todo lo
que han abonado al doble y al triple de su valor para llevarse el PP su parte,
hubieran arrestado a media cúpula del PP y les hubieran condenado por los años
correspondiente al delito cometido, pero con la salvedad de que no podrían
quedar en libertad hasta haber devuelto todo el dinero robado, malversado,
cobrado ilegalmente, etc.; entonces, los españoles no dudaríamos de la
justicia, sabríamos que hay independencia judicial, estaríamos más tranquilos,
y sabríamos que el PP estaría inhabilitado como partido político y, sin lugar a
ninguna duda, para gobernar. Pero pedir justicia en España debe ser como estar
soñando con un cuento de hadas, una utopía o algo así. Ahora viene el PP a
celebrar su convención nacional a Sevilla… ¡qué buena oportunidad para pedirles
que se vayan a robar a otra parte, que dimitan por corrupción, etc.!
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