Me niego a admitir que solo podamos
vivir bajo el paraguas de un sistema político corrupto, tiene que existir algún
modo alternativo de organización social, no es posible que esta podredumbre sea,
como dicen algunos, lo menos malo. Hay que atreverse a soñar, ¿dónde están los
grandes pensadores de todos los tiempos?, no es posible que todos se hayan
dedicado a maquinar la forma de servirse del prójimo y ganar dinero de sus
esfuerzos… ha de haber algo más, es necesario que haya más y mejor para el bien
de todos, y de la humanidad en su conjunto.
¿Por qué algunos se dedican a
impedir que otros muchos puedan vivir bien?, ¿por qué a muchos no les importa
nada la vida de sus semejantes?, ¿por qué algunos mienten más que respiran?...
sin amor todo está perdido, la moneda de cambio ha de ser el amor, hay que
construir sobre éste. Solo una sociedad que se fundamenta en las relaciones con
amor, desde el primero al último ser que la habite, puede hacer cosas grandes,
puesto que todos avanzaríamos en la misma dirección, bien por convencimiento,
bien por solidaridad, bien por gozar del bienestar del que empieza a disfrutar
el otro. Sé que estoy tocando algo que no todos aceptan o comprenden. Sé que
muchos piensan que la maldad intrínseca en el ser humano, es así como lo
argumentan, imposibilita una sociedad como la que trato de esbozar. Sin
embargo, algunos la pensamos, la imaginamos, la vemos realizable al cien por
cien, tenemos capacidad para ello, ¿por qué unos sí y otros no lo ven factible?
Es evidente que como vamos, no
vamos bien, los problemas que sufre la humanidad se vienen arrastrando desde
hace décadas y nadie acaba con ellos, parece que su existencia da justificación
a las acciones de algunos. Pero lo cierto es que cada día los ricos son más
ricos, y los pobres lo son más, en algo se están equivocando los sistemas por
los que se rigen las sociedades, ¿no creen?... ¡hay tanto por hacer!... ¡se
podría hacer tanto! A una parte minoritaria de la población mundial no le
interesa corregir las desigualdades. Los problemas se han hecho crónicos, se
han enquistado y la metástasis alcanza lugares insospechados, manifestándose como
conflictos de todo tipo. Hay hambre no resuelta, hay escasez de medicinas en
muchas partes del mundo, hay pobreza exagerada en ciertas zonas del Planeta,
hay guerras, hay explotación laboral y sexual, hay asesinatos y sicarios, así
como violadores, ladrones, corruptos y corruptores, prevaricadores en todas las
funciones públicas, saqueadores y parásitos, hay dictadores e inútiles a los
mandos. Ya me dirán, si se aparta a todos esos, si un mundo mejor no sería
posible.
Todo cambia en el momento que las
personas adquieran conciencia, escuchen a su ser interior, le den la
posibilidad de expresarse, le dediquen un poco de su tiempo, paren, se
silencien, dejen sus mentes tranquilas, en calma. De ahí nace quien eres de
verdad, no el personaje que llevas año representando en esta existencia. Hay
demasiados actores y actrices que son los árboles que no permiten que veamos el
bosque.
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