Acabo de escuchar en la radio un
mensaje grabado dejado por una persona simpatizante de PACMA, el partido
animalista, en el que decía que con motivo de las inundaciones se habían visto imágenes
de animales a punto de ahogarse, pero que sin embargo todas las noticias solo
hacían hincapié en las cosechas, la pérdida de las mismas y su valoración
correspondiente. No hablar de la ganadería con el mismo peso con el que hablan
de las pérdidas que se han sufrido en los cultivos, es una desgracia y una
falta de respeto hacia los animales, pero lo malo es que esos mismos animales
de no morir ahogados, morirán cruelmente en los mataderos, un extremo del que
cuesta más manifestarse por el peso que hay detrás de la industria alimentaria.
Cuando llegas a comprender que la
energía de vida es la misma, sea para un animal que para los humanos, para las
plantas, para los árboles, etc., cuesta más hacer daño a los demás, se adquiere
un mayor nivel de conciencia, se ama más y, todo eso, impide que se apoyen los
comportamientos, para mí, aberrantes como los asesinatos masivos en los
mataderos, la pesca masiva, o el divertimiento público en el que se hace daño a
un animal, bien porque se le lance desde un campanario, se le cuelgue boca
abajo y se le arranque el pescuezo, se le dispare en ese despreciable deporte,
llamado la caza, o bien se haga daño a un toro en una plaza. Es mucho sufrimiento
que se puede evitar, si quisiéramos hacerlo, si fuéramos lo suficientemente
inteligentes ya habríamos inventado otras formas de alimentarnos, y otros
entretenimientos que no hicieran daño a los animales.
Se imaginan cuando un día hermoso
está despertando, en plena sierra, el sol comienza a brillar, hay un silencio
mágico y los animales comienzan a abandonar sus lugares donde se refugian para
pasar la noche y salen a saludar el día y a comenzar a buscar alimentos… en ese
instante, se levanta un cazador de detrás de unos matojos, apunta y dispara. Ese
hombre ha decidido, convirtiéndose en un imaginario Dios, que ese animal no
puede vivir más, independiente de su situación: sea padre o madre, mayor o
joven… se acabó, tú no vives más por haber tenido la mala fortuna de haberte
cruzado en mi camino. Le mete una o dos balas en su cuerpo, que es parecido al
nuestro, y esas balas le destrozan órganos, le crean hemorragias internas, le
crean un cuadro de fallo multiorganico, asfixia, etc., y muere. Ya tiene trofeo
para poder exhibirlo a sus amigos… ha asesinado un animal que no le ha hecho
nada, no le atacó, no fue a buscarle sino todo lo contrario, fue el cazador el
que se entrometió en su territorio, sabiendo a lo que iba, o sea, con
premeditación y alevosía.
El otro día se manifestaron los
cazadores por que se encuentran ofendidos por lo que le dicen en las redes
sociales. Ese era uno de los argumentos que esgrimían, será que se sienten
culpables de lo que hacen, porque por desgracia, desde mi punto de vista, es
una actividad asesina legalizada, permitida y no tienen por qué dar más
explicaciones, pero ellos sabrán por qué tuvieron que salir a la calle, no sé
si todos suelen repetir cuando se convoca la marea blanca para defender la
sanidad española, o la marea verde para defender la educación, o acompañan, en
los últimos tiempos a los jubilados, quizá solo sean como los forofos del
fútbol que se manifiestan muchos miles por alguna tontería que afecta a la
pelota, pero no lo hacen para reclamar por problemas reales que sufre la
población.
Para concluir, a los animales,
como organismos complejos y similares a los nuestros, hay que respetarlos y en
estos días en Sevilla con motivo de la Feria, se celebran corridas de toros,
pero no hemos llegado a respetar la vida del toro, se siguen asesinando y
maltratando, la inteligencia de las autoridades no da para más. Yo defiendo que
haya toreo para aquellos que gusten de ver las faenas, pero sin hacer ningún
daño al toro, ni siquiera poner la divisa, por supuesto nada de picadores,
banderilleros y, mucho menos, darle muerte, atravesarlo con el acero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario