Cómo se va a unir la izquierda si
hasta dentro de un mismo partido son incapaces de unirse, hablar sus
diferencias y consensuar, de lo contrario, unos tratan de descabalgar a otros a
espaldas de estos. Esto es lo que parece ha tratado de hacer Carolina Bescansa
al comunicarle a Iñigo Errejón que se unieran en la candidatura de Madrid y en
las nacionales para dejar fuera de juego a Pablo Iglesias… esto da pena, en mi
opinión, no vamos a ningún lado.
No sé cómo se la avía PODEMOS
para en los momentos calientes políticos, cuando la suciedad ataca a los
contrarios, ellos saltan al primer plano con alguna idiotez como esta para
embarrar el terreno de juego. Siempre lo he dicho, a pesar de votarles desde su
nacimiento, nunca debieron entrar en política, el recinto donde se desenvuelve
es un sistema corrupto, hipócrita, cínico, engañoso y mafioso. No merecía la
pena exponerse tanto cuando los del establishment habían demostrado tenerle
tanto miedo a la conglomeración de la ciudadanía que se levantaba en son de
paz, pero dispuesta a luchar por sus derechos. Jamás debieron de haberse dejado
engañar por el órdago lanzado para que entraran a pelear en su terreno, en el
terreno resbaladizo de la política falsa y las trampas ocultas.
En el momento en el que más se
tambalea el PP por motivos varios, porque el PP siempre tiene varios frentes
abiertos debido a que son una organización criminal lista para delinquir en
cualquier momento propicio; comienzan a salir asuntos diferentes que alcanzan a
las demás formaciones políticas; en los últimos días, el PP ha piado de todos
para restar importancia a su mierda. Los del PP son zorros viejos y se las
saben todas, solo hay que ver el termómetro: cómo se han chupado toda la pasta,
todos los fondos habidos y por haber, cómo han endeudado el país, cómo vaciaron
la hucha de las pensiones, cómo vetan las iniciativas legislativas presentadas
por la oposición, tenga el color que tenga, cómo manejan a la justicia, cómo
dicen no tener dinero para mejorar la vida de las personas más pobres y, cómo
sacan dinero de debajo de la chistera para seguir regalándolo a sus amigos los
empresarios que les devuelven una parte en forma de comisiones y a los
banqueros, que les han de condonar partes de sus deudas contraídas con sus entidades.
La política en España se ha
convertido en un gran catecismo, o sea, es cuestión de fe, aunque en los
tiempos que corren hacer comparaciones como esta puede hacer saltar las alarmas
de la recalcitrante y oxidada ideología divina que se ofende con suma
facilidad. Sin embargo, la ley no tiene nada que decir ni protege a los que
pasamos de la religión, del catolicismo y de todos esos cuentos de las mil y
una noche, superman y los milagros. Nosotros también nos sentimos molestos,
ofendidos, cuando utilizan los espacios públicos para incorporar la palabra de
Dios, hacer manifestaciones religiosas, procesionar por las calles de las
ciudades, etc., pero no tenemos derecho a que se nos reconozca que también
somos ofendidos; ellos cuentan con el ancho del embudo en una España
aconfesional, donde todas las religiones pueden tener cabidas dentro de sus
espacios privados, sin ser subvencionadas con dinero público y sin tener poder
de ninguna clase frente a la ciudadanía… ¡así debería ser!, pero nuestros políticos,
los de ahora y los de antes, no valen un duro.
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