En mi opinión, el Gobierno
adolece de falta de previsión una vez más, me refiero al tema de la exhumación de
los restos del dictador. ¿Acaso el Gobierno no está viendo, como el resto de la
ciudadanía española, que aumentan las visitas fascistas al Valle de los Caídos,
las manifestaciones públicas de saludos y signos fascistas o las pintadas en
las fachadas de los partidos democráticos? ¿Qué espera que suceda cuando se
vaya aproximando más la fecha de la exhumación? Al tiempo que hizo el decreto
para exhumarlo, tuvo que haber completado el texto con un añadido, o hacer otro
decreto, para prohibir, de aquí en adelante, cualquier manifestación pública de
canciones franquistas fascistas, portar banderas y signos franquistas
fascistas, etc., para hacer callar a esa gente franquista fascista.
Tal vez, el Gobierno solo ha
hecho un gesto hacia la ciudadanía pero espera, precisamente, que las
manifestaciones fascistas en contra de poder llevar a cabo la exhumación de los
restos del dictador fascista, la impidan y él quede bien con haber intentado lo
que ningún otro Gobierno se atrevió, ni siquiera, plantear. Este Gobierno de
Pedro Sánchez tiene poca credibilidad a pesar del poco tiempo de gestión que
lleva, pues como hemos podido comprobar se mueve a saltos y en forma de
vaivenes, ahora dice “sí”, un poco más tarde dice “no”. Lo último lo hemos
podido ver con la decisión de no hacerse cargo de la defensa del juez Llarena,
denunciado particularmente por Puigdemont. Primero no se iba a hacer cargo de
su defensa por reconocer que es un procedimiento privado entre ambos actores,
pero ante la presión del estamento judicial, el Gobierno accede a hacerse cargo
de la defensa del juez. Se lo ha debido pensar mejor, seguramente habrá dicho:
si le toco las pelotas a los jueces cuando nos veamos, como todos los Gobiernos
habidos, implicados en algún caso delictivo de corrupción, nos la van a dar
todas en el mismo lado. Vamos a estar con los jueces, para cuando metamos la
pata y la mano, nos echen un cable. Todos los Gobiernos, y éste también, tienen
muy presente la impunidad, salir del escollo sin ser manchados y castigados, lo
que solemos decir como irse de rositas.
No sé para qué se reúnen el otro
día en Toledo todos los Ministros y Ministras si ninguno es capaz de poner
sobre la mesa medidas que se anticipen a lo que va a ocurrir o den un poco de
cordura a esta carrera disparatada de un Gobierno que se ve, débil e inestable.
Otro asunto más que abunda en el modo veleta con el que marcha este Gobierno:
en un principio cuando sacaron por decreto ley la exhumación, habían acordado
hacer otro decreto para pactar con las fuerzas políticas que les apoyan, que el
PP no pudiera vetar en el Senado asuntos que tuvieran que ver con gastos o
modificaciones presupuestarias, pero ha vuelto a recular, ahora lo quiere
exponer en el Parlamento; no sabemos si lo quiere hacer así para que lo tumben
los del PP y los de C’s ayudados de otros partidos minoritarios y ellos se
vuelvan a justificar con que quisieron, pero no ha podido ser. Este Gobierno es
un Gobierno cobarde en mi opinión y, gobernando con cobardía poco se podrá
hacer además del ruido pertinente, pero los problemas no se solucionan con
ruido sino con acciones firmes, justas y honestas, que conduzcan al progreso y
al bienestar de la gente.
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