Lo que no
llego a entender es la sobreexposición de la fiesta del Orgullo, la gran
difusión y toda la trama que la envuelve, porque para que no exista un trato
diferenciado y, mucho menos, discriminatorio de ese colectivo, lo que hay que
hacer son buenas leyes que les proteja y una justa aplicación de las mismas, lo
demás, podríamos decir que sobra.
La
Constitución ya lo indica: no se podrá discriminar a nadie por razón de sexo,
religión,… o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Como
no lo dice expresamente, se puede entender, perfectamente, que la tendencia u
opción sexual de cada cual se encuadra dentro de ese apartado que hace mención a
la condición personal. Por tanto, todos somos iguales ante la ley, excepto el
privilegiado inviolable de la Casa Real, motivo por el cual ya no tiene cabida
más algarabía ni celebraciones, la ley lo recoge y tan solo es de esperar una
justa aplicación de la ley en todos los ámbitos de nuestra vida.
Todos somos
todos, y todos debemos tener las mismas oportunidades en todos los espacios de
nuestra sociedad, relaciones personales, vida estudiantil, vida laboral,
familiar, etc. Esto es una cosa y gozar del privilegio de saltarse las buenas
formas, el decoro, faltarle al respeto u ofender al que mantenga un estilo de
vida diferente, es algo bien distinto. En una semana de fiesta la gente se
desmadra cantidad y falta a mucho de lo que acabo de exponer: transita por la
ciudad desnuda y medio desnuda, hace gestos que se deben dejar para la
intimidad y no para exponerlos en público; esta es la parte inadmisible de toda
esa movida.
Por otro lado,
formar todo ese ruido que se ha formado en semanas anteriores, no hace más que
aumentar la distancia y dar una visión deformada de la normalidad existente en
ese aspecto particular de cada uno. Gran parte de la sociedad ve y acepta con naturalidad
las relaciones entre personas, al margen de que sean de igual o diferente sexo.
Sin embargo, y es una opinión personal, creo que remachar que algunos son de
esta o aquella manera, dedicándoles un espacio único y multicolor, no es
necesario y trunca o cortocircuita la realidad actual, además de distanciarnos,
que creo no es lo deseable.
Lo que ya es,
no necesita que se reivindique. Nadie olvida que ha sido una lucha importante y
con mucho sufrimiento de muchas personas, eso nadie lo echa en saco roto, pero
como otras tantas luchas acometidas socialmente: condiciones laborales,
salarios y pensiones dignas, libertad de expresión, lucha contra el fascismo,
contra la violencia de género, etc. En España hemos tenido para entretenernos,
nosotros y todos los que estuvieron antes de nosotros. A pesar de todo, no
hemos conseguido más que lo que han querido darnos, es también otra opinión
personal, pero si reivindicamos cada asunto incompleto con una semana festiva,
me temo que no vamos a trabajar ni un solo día en el año. Cuando haya una
injusticia social de cualquier tipo, es evidente que hemos de tirarnos a las
calles a protestar, puesto es casi el único resquicio de lucha del que nos
dejan hacer uso.
No sé si se me
he explicado, en definitiva he tratado con más o menos acierto, de exponer que
la homosexualidad, la transexualidad y todas sus posibles variantes existentes,
nos rodean, convivimos con todas esas formas de relaciones y condiciones, y no
sucede nada salvo casos aislados… también matan a mujeres sus parejas, pero no
quiere eso decir que la mayoría estemos a favor de que existan conductas
delictivas e incorrectas contra las personas que se relacionen de un modo
diferente. Hoy en día es un problema resuelto, ha tenido mucha visibilidad en
los medios y tan solo falta que las autoridades observen las leyes y las hagan
cumplir a los menos educados de nuestra sociedad.
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