Dice Pedro
Sánchez que no se dan las condiciones para que Pablo Iglesias esté en el
Gobierno. Esta afirmación o convencimiento de nuestro presidente debería ser
explicado en profundidad, no es suficiente con poner de manifiesto el veto,
sería deseable que ofreciera los argumentos para llegar a esa conclusión. Es
extraño que un partido sea para el PSOE su socio preferente, pero que no se
quiera trabajar con el que lo dirige, es como si Iglesias dijera que él
colaboraría con el PSOE dando sus votos a favor de su investidura, siempre que
se cambiara de persona para ser presidente… que a Pedro no lo quiere. Iglesias
que sepamos no lo ha dicho y todos los españoles sabemos que Pedro ha dado
motivos suficientes para no acompañarle ni a la esquina, yo soy muy pesado,
pero sigo recordando la lista de defraudadores que iba a dar a conocer en
cuanto llegara al gobierno. Recuerdo, también, la derogación de la reforma laboral
del PP que iba a efectuar, o la derogación de la ley mordaza para eliminarla,
pero todo ello ha quedado en agua de borrajas.
No se dan las
condiciones para tener un presidente que solo sabe imitar el swim, los compases
o el ritmo del anterior presidente de los EEUU, Sr. Obama. ¿No les recuerdan
sus movimientos a los de aquel?, parece que le estuviera imitando, Pedro vive
el sueño americano a su manera, pero para dirigir a un país hay que ser más
integro, más coherente y hasta más honesto. Pedro ha demostrado que no lo es,
que no está a la altura, como casi todos los políticos españoles, igual en el
resto del mundo; hoy dicen “a” y mañana dicen “b”, según vengan los vientos, y
según le impongan aquellos poderosos a los que no se atreven ni a denunciar públicamente
ni a contradecir.
El mundo de la
política está como casi todo en esta sociedad de intereses, muy desquiciado,
muy competitivo negativamente hablando, solo es una lucha por el poder, por
mandar y por mantenerse cuatro años más arriba, que ya después viene la pensión
vitalicia y los cargos honoríficos, que no funcionales, en Consejos de
Administración de grandes corporaciones que se van a valer del tráfico de
influencias de esos señores venidos del mundo político, más concretamente de
los gobiernos.
Es incómodo,
como poco, tener en un Gobierno servil, a alguien que se manifiesta
abiertamente contra sus imposiciones. Pedro prevé disparidad de opinión en
ciertos temas y, claro, es más fácil de guiar, conducir o hacer obedecer a una
camarilla de ovejas sin opinión propia, que asienten la cabeza a la primera
orden, y que en lugar de personas haciendo política sean una serie de votos que
estén a lo que diga o proponga el presidente, la mano alargada de los poderosos
que le dictan por donde ha de ir la política del país.
Si pretende
ovejas, precisamente, Pablo Iglesias, no lo es, pero ya puede ir pensando el
PSOE que los millones de votos conseguidos por Unidas Podemos, son millones de
personas a las que no les gusta asumir ese rol, el de oveja sin criterio propio
y a las órdenes de los grupos financieros, bancos y grandes empresarios. Somos
lo más cerca al pensamiento revolucionario necesario para hacer caer al sistema
perverso, corrupto, parásito e injusto, que han fabricado los gobernantes de
este país con su actitud mafiosa. A partir de aquí, si alguien es como un tren
que se desplaza por los raíles del poder monetario, llevando el tren hacia
donde éstos han previsto, es lógico que se cree conflicto por dar nuevo rumbo
al tren hacia donde más interese a la ciudadanía.
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