No se ponen de
acuerdo, al menos así era hasta ayer por la noche, quizás esta mañana y hasta
las 13,30 h podamos asistir a la dinamización de las conversaciones y se llegue
a algún acuerdo; en esta ocasión, Irene Montero ha pedido permiso al Congreso
para poder ejercer su voto telemáticamente cinco minutos antes de que comience
la votación.
Otro chaparrón
de millones a gastar en la celebración de otras elecciones y el pueblo a hablar
de nuevo, bueno, pues menos los que se cansen por el camino, los resultados
debieran ser muy parecidos… ¿qué harán entonces?, ¿estaremos eternamente
votando? Digo yo que habrá que modificar las formas, habrá que legislar algo
diferente, espero que más justo, democrático e inteligente. Habrá que alejarse
del pisoteo del fuerte sobre el débil, que es a lo que rápidamente se tiende en
estas circunstancias. Siempre los poderosos aprovechan cualquier ocasión para
imponerse, para hacer valer lo que más le convenga a ellos, pero es hora de
cambiar la perspectiva retrograda y cavernícola de imponer por la fuerza. Es
hora de respetar a los demás y respetar lo que diga la gente, que no es otra
que tratar de recoger una representación lo más fielmente posible de lo votado
por la ciudadanía… en eso consiste la democracia, después los más “listos”
tratan de hacernos creer lo del más votado, lo de la mayoría simple o absoluta
y todas esas formas de machacar e ignorar la decisión de los que están en
minoría. Lo democrático es que estén representados y tengan voz y voto todos
los ideales, valga la redundancia, que obtengan votos, evidentemente, cada ideología
en una proporción semejante al número de votos que reciban.
Los políticos
españoles no están acostumbrados a dialogar y consensuar, en definitiva a hacer
política, este es el mal del que se resienten, no hacen el esfuerzo democrático
de considerar las propuestas de los demás, a cada uno solo les vale y aplauden
las suyas, no se abren, no hacen ningún esfuerzo por razonar, comprender,
considerar y apoyar lo que sea bueno para la gente, aunque proceda de un origen
diferente al suyo. Un claro ejemplo es cuando hablan en el Congreso, en donde
los partidos se convierten en palmeros de su líder, y solo de ellos, ya pueda
decir ocasionalmente algún otro orador de otro grupo político algo
razonablemente bueno para la ciudadanía. Todos los demás se mantienen inmóviles,
como si lo que allí dijeran no fuera con ellos, como si fuera una sesión
diferente u otro acto de la obra de teatro. Es como si unos solo hablaran para
un tipo o sector de España, y otros lo hicieran para otros, creo que realmente
es lo que está sucediendo. Esto es un fracaso político porque no hay políticos
de verdad, cuando alguien se mete en faena es tachado de inmediato de radical y
le cuelgan varias etiquetas más para que quede bien identificado, algo de lo
que posteriormente los medios se hacen eco como engranaje que son de la
maquinaria diseñada por los poderosos.
En definitiva,
todo este rollo que he ido vertiendo es para decir que, tal vez, vayamos a
elecciones por la ineficacia de los políticos para llegar a entenderse y hacer
prevalecer el bienestar general de la ciudadanía por encima de sus pretensiones
y la de sus partidos. No es democrático que el Gobierno tenga un color cuando
la gente vota multicolor, pero aunque injustamente y por ley están las cosas
así, siempre se pueden pactar medidas a llevar a cabo en la legislatura, pero
medidas para cumplirlas no para deleitar los oídos de la gente, que en caso de
no cumplirlas, se le retira el apoyo al Gobierno para que no pueda llegar a
hacer cosas diferentes. Creo que salidas puede haber siempre que se quiera…
pero esto es política.
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