Hola, ¿cómo estás?, ¿metido/a en
el embrollo de tu existencia?, no te preocupes, todos andamos, más o menos, en
una corriente similar. Como somos un todo, es por lo que hay “fricción” de los
actos de unos con los de otros. En unas circunstancias nos toca fluir con unos
y en otras con otras personas diferentes, con unos tenemos mayor empatía y
llevamos una frecuencia más próxima y de otros nos encontramos más alejados.
Esta existencia es así, nos sirve todas las oportunidades para que nos pulamos
y mejoremos, creo que en sí esa inercia de roce de los unos con los otros es el
mecanismo para avanzar y crecer. Somos peonzas girando en un microuniverso, el
que formamos los seres vivos, y de nuestros miedos así como de nuestro arrojo,
aprendemos, tenemos la ocasión de estar presentes y ver las consecuencias de
nuestros actos. Todos somos lo mismo, nadie es más que nadie, tenga el título
que tenga, el dinero que tenga o la posición social que tenga, no puede escapar
a este flujo que lo formamos todas las peonzas girando… ellos son los mismo, no
dejan de ser peonzas, a pesar de lo que creen ser. Observen que no pueden
escapar de este plano, tal vez puedan hacer cosas diferentes, pero siempre
rozando con alguien en sus giros.
No somos más que el reflejo del Universo:
millones de estrellas, Planetas, Satélites, todos orbitando en un flujo que se
contiene debido a los efectos de las fuerzas de repulsión-atracción de los unos
sobre los otros, así lleva desde hace miles de millones de años, quizá toda la
eternidad, puede que desde siempre porque no exista un principio o un final. A
nosotros nos enseñaron a pensar en términos finitos, de principio y final, pero
podemos haber sido educados erróneamente. Es posible que todo sea para siempre,
o sea, que siempre es con sus correspondientes modificaciones, cambios o
evoluciones, pero el concepto base siempre esté presente aunque nunca sea el
mismo, ya que cambia. Quiero decir, nuestra mente piensa en el Universo y
parece que hablamos del conjunto de galaxias que más o menos conocemos, pero en
cada momento está sucediendo algo, se está transformando, aunque el Universo en
sí, siempre está, ¿no sé si se entiende? Cuando nos referimos al Universo,
sabemos a qué nos estamos refiriendo.
Por qué vivimos angustiados o
preocupados si apenas somos nada en comparación con el Universo. Imagínense que
una cámara estuviera enfocándonos y comenzara a alejarse más y más.
Comenzaríamos a ser cada vez más pequeños y se empezaría a ver más espacio libre
a nuestro alrededor hasta empezar a verse el globo terráqueo. Si la cámara
siguiera alejándose, nosotros ya hubiéramos dejado de ser un punto
insignificante y, ahora, la Tierra es la que comienza a ser un punto. Si la
cámara siguiera alejándose, hasta la Tierra desaparecería, ¡fijaros!, qué importancia
relativa tenemos… ¡ninguna! Somos, por hacer una comparación, quizá, como virus
en este plano si nos comparamos con el Universo en el que está comprendida
nuestra existencia… tal vez ni eso, somos mucho más pequeños. Así que dejemos
de complicarnos y realicemos nuestra tarea, nuestra función en esta vida,
facilitemos el fluir en este medio de energía que nos contiene a todas la
peonzas girando.
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