Algunos políticos, desde mi punto
de vista, quieren pasarse de frenada con el tema de la prisión permanente revisable.
En ese aspecto son más “humanos” que nadie, aunque en muchos otros solo
trabajen para sacar adelante asuntos de interés para sus partidos, incluso,
desmejorando la situación de la ciudadanía. Ayer supimos de ese padre y ese
hijo que han sido arrestados por la presunta muerte de la pareja joven que
viajó hasta el pantano de Susqueda para pasar unos días y practicar piragüismo.
El padre ya había asesinado hace veinte años a su esposa, a sangre fría, de
varios disparos en medio de la calle donde vivían. Le condenaron a quince años,
de los cuales solo pasó encerrado doce años, ¿para qué le sirvió ese beneficio
penitenciario y su estancia en prisión?, evidentemente, para nada, nada
aprendió y en nada se reformó, a la primera ocasión asesina a unos jóvenes inocentes,
¿hay condena que pueda compensar esa ruptura traumática de sus vidas?, ¡no!, no
la hay, nada puede devolver la vida de esas personas; ese salvaje ha truncado
dos vidas que tenían todo por hacer, ¡digan ustedes qué castigo se merecen los presuntos
autores de los asesinatos! Que se pronuncien los defensores de que no haya
prisión permanente revisable y que nos expliquen por qué tiene derecho alguien
que le quita la vida miserablemente a dos chavales, a volver a estar en
libertad cuando sus víctimas no verán más la calle ni a sus familiares y les ha
seguido negado el sagrado derecho a vivir.
Yo pienso que las condenas han de
ser equivalentes a los delitos cometidos, y si eres autor de dos asesinatos, no
de muertes por accidente involuntario, has de pagar por ello severamente. En
estos casos, vuelvo a decir: en mi opinión, es justo que el asesino no vuelva a
salir en libertad, o sea, cadena perpetua, del mismo modo que esa persona ha
condenado a su víctima de por vida. Además, la prisión permanente revisable es
parecida pero más ventajosa, pues yo entiendo que se evalúa regularmente al
delincuente para conocer su grado de arrepentimiento y regeneración, o cómo se
encuentra mentalmente o síquicamente; pudiendo resultar de todo ello que le
concedan en algún momento la libertad. Visto así no está mal, significaría que
la justicia le puede dar una oportunidad hasta en los casos en los que el
asesino no le concedió ninguna a sus víctimas.
Sin esta herramienta legal, en
España ha venido costando poco ciertos delitos, lo vemos a diario, gente que ha
sido apresada y encerrada en varias ocasiones y siguen siendo reincidentes,
aprovechan permisos o volver a estar en libertad para incurrir en los mismos
delitos, una y otra vez. Hay gente que no puede estar en libertad porque es
peligrosa y no se ha regenerado, no tiene consciencia de cometer delitos, “son
como bastante animales” y se guían por sus instintos primarios. Esa gente no
puede estar dando vueltas por las calles buscando a sus próximas víctimas, en
las violaciones lo hemos podido ver con frecuencia, aprovechan permisos para seguir
violando. Este tipo de delincuentes cumplen las condenas por violación, unas
detrás de otras, parece que solo salen a la calle, como depredadores, a forzar
a mujeres en portales, parques y ascensores. Los ejemplos, de los que nos
informan los medios de comunicación, indican que hay ciertas personas que
tienen que estar vigiladas y encerradas, porque en libertad no saben hacer otra
cosa que daño a sus semejantes.
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