España sigue sin ilusionar:
endeudada, empobrecida, casi toda la población con trabajos nada seguros y
sueldos ridículos que nada tienen que ver con los países punteros de la UE, una
corrupción exagerada que afecta a casi todas las Instituciones y a muchos
políticos, principalmente a los del PP, un Gobierno que no gobierna porque está
bloqueado por su propia corrupción y una oposición incapaz de echar a un
gobierno tan sinvergüenza.
España no puede asegurar el futuro de nadie y
menos de los más jóvenes, teniendo una de las tasas de desempleo de jóvenes de
las más altas de la Unión. Los universitarios tienen dos caminos: terminar sus
estudios y marcharse al extranjero a desarrollar su carrera profesional o,
quedarse y aceptar el primer trabajo mal pagado que le ofrezcan, generalmente,
de camarero en cualquier terraza de cualquier bar.
España no se industrializa, no se
activa económicamente debido a la dejadez de sus gobernantes, de los de ahora y
de los anteriores. Todos ellos han puesto sus miras en negocios e intereses
propios, de sus partidos y en ganancias que han ido a parar a sus cuentas
corrientes y a las de sus partidos para financiarse ilegalmente o repartirse
sobresueldos. Ahora sabemos todo esto, pero como siempre, la mitad de las
tropelías han prescritos, no se pueden pedir responsabilidades por ello. Nos
han robado, han malversado el dinero público como siguen haciendo en estos
momentos, pero ponen y quitan fiscales y jueces a conveniencia para asegurarse
la impunidad o, en su caso, el menor castigo posible… ¡este país es una
vergüenza! Lo es, por estar en manos de los indecentes que lo manejan. El país
en sí no es nada, son las gentes que manejan el cotarro, los ladrones que
actúan respaldados por las Instituciones pero que no nos representan. Son
piratas, son traidores por mucho que besen banderas, lleven pulseritas o
quieran tapar su corrupción con la represión a Cataluña. Ellos son los
auténticos anti sistemas del bienestar de la ciudadanía. Han fragmentado a la
población, se han cargado la clase media del país y están deteriorando los
servicios públicos.
Los malnacidos que hacen como si
gobernasen, se merecen una ofensiva ciudadana de tal calibre que se
apabullaran, se asustaran y se marcharan. A la gente de este país le falta
bravura, casta, carecemos de combatividad para hacer frente a esta minoría de
chorizos instalados en los puestos de poder de este país. Por eso, estamos
sufriendo las consecuencias de sus malas y deficientes políticas, porque nos
faltan agallas para ir a por ellos, ¿recuerdan cuando Albiol coreaba a unos
policías, en la puerta de un hotel: “A
por ellos”, con motivo de la intención de votar de los catalanes el 1-O?
Nosotros deberíamos unirnos de verdad e ir a por ellos, a por todos esos
indeseables que rescatan bancos y autopistas, a la vez que desahucian personas,
nos dejan sin trabajo, les conceden todo el poder a los empresarios y
banqueros, hacen ricos a los suyos y sus amigos o, más pobre al resto de la
ciudadanía. Lo tienen todo bien atado… son sus leyes, las que les aseguran
impunidad a ellos y represión a nosotros. ¡Hay que acabar con esto!, para ello
nos tenemos que unir, aunque ellos fomenten el distanciamiento y el enfrentamiento
entre nosotros. Deja de defender siglas y colores… defiende a personas, ¡unámonos!
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