¡Qué
desafortunado accidente de aviación!, ¡Qué lástima, cuántas vidas truncadas!,
se han barajado cantidad de hipótesis, fallos mecánicos, mantenimiento
deficiente por ser una compañía de bajo coste, atentado terrorista, suicidio
del copiloto o que el copiloto en ausencia del piloto sufriera un desmayo o un
ataque al corazón. Son diferentes probabilidades que pudieron ocurrir abordo y
lo que no tiene vuelta atrás es la desaparición de la nave y la lamentable
perdida de ciento cincuenta vidas humanas.
El fondo de la
cuestión que ha propiciado tan grave accidente se tendrá que investigar y
comprobar. De inmediato, se ha desplazado la policía germana a casa del
copiloto, que vivía con sus padres y como es lógico interrogarán a sus padres,
amigos, vecinos e indagarán entres sus cosas: en sus libros, en su ordenador y
revisarán sus emails, hasta conocer con quiénes se ha relacionado últimamente,
dónde ha estado recientemente, a dónde ha viajado, qué ha hecho, cómo se
sentía, etc.
Un paso más se
ha dado, cuando la policía encontró en su apartamento recetas médicas y partes
de baja por enfermedad. Ahora se conoce que Andreas, el copiloto, no debería
estar trabajando el día del accidente porque el médico le había dado la baja,
estaba incapacitado para volar, debería habérselo comunicado a su empresa, lo
que parece ser no hizo. Se sabe también que ese chico sufrió en 2009 una fuerte
depresión, que ahora podría haber resurgido tras la reciente separación
sentimental de su novia, con la que mantenía una relación desde hace siete años
y tenía perspectiva de contraer matrimonio el próximo año.
Este hecho
luctuoso es una pena y provoca un gran dolor, principalmente, a los familiares
de las personas que han perdido la vida. No tiene explicación, cuesta mucho
digerirlo y lo que se desprende del mismo es que no siempre estamos en las
mejores manos, sobre todo, por la descoordinación entre la Administración y las
empresas, pues esto se hubiera evitado de no haber estado ese tipo en la cabina
de ese avión. Lo que se consigue si la Seguridad Social o médica, pasara una
comunicación a la empresa cuando inhabilite temporalmente por enfermedad a un
trabajador.
Tenemos que
aprender de cada experiencia, solo que esta ha sido durísima por la crueldad y
las inestimables perdidas de tantas vidas humanas. Es terrible cuando las
cámaras muestran como se ha volatizado el avión casi al completo, y por más que
duela no tiene vuelta atrás. Solo nos queda asumir la realidad de los hechos.
Hubo un paso
intermedio cuando todavía no se conocía toda la información, en las que expertos
del mundo de la aviación llegaron a reconocer que en estos tiempos de crisis, a
veces, primaba más la economía que la seguridad, y esto si que “ponía la carne
de gallina”, me estremecía saber que las vidas de las personas pueden valer tan
poco a la vista del poder de los beneficios de ciertas compañías aéreas.
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