Estamos en
tiempos políticos, vienen las elecciones, se habla mucho de política en
programas de radio, en la televisión, en las reuniones de vecinos, amigos, en
bares, mientras se pasea, en reuniones de familia, etc. La política es
importante para el destino de una ciudad, de una región, de un país o de una
nación porque hay que negociar, contratar, hacer pactos, legislar por el
bienestar común y general de todos los ciudadanos. La política debe ser una vía
para conseguir progreso, desarrollo, dar soluciones a problemas que afecten a
las ciudades y a su gente. La política también debería facilitar los trámites
que necesiten los ciudadanos y por supuesto debe ser totalmente transparente
para cuantas exigencias tengan los ciudadanos.
La política es
un medio, una herramienta para llevar a cabo todas esas tareas y gestiones
imprescindibles para el desenvolvimiento de la vida en sociedad, que debe estar
al servicio de la gente y contar con el apoyo de esta para poder concretar
planes y poderlos ejecutar satisfactoriamente. Actualmente no sucede esto, la
política no cuenta con el respaldo de los ciudadanos porque los políticos
se desmarcaron hace tiempo de aquellos,
no les escuchan, no atienden sus necesidades y se dedican a utilizar las
instituciones públicas y sus cargos para realizar negocios privados. Los
partidos políticos se han servido de las instituciones para adjudicar a dedo y
recibir por ello millones de euros en comisiones. Dinero con el que se han
financiado ilegalmente.
Hace falta
limpiar las instituciones, cesar a todos los políticos que han venido
ejerciendo hasta estos momentos, porque han estado inmersos en este juego sucio
en el que han convertido a la política. Aún estando al margen de tramas
corruptas concretas estaban en el partido, han debido ver y oír o presenciar
acciones y conversaciones por las que se traicionaba lo público de un modo u
otro y, se mantuvieron con la boca cerrada. Es por eso, que son tan culpables
como los principales actores de aquellas tramas de corrupción. No denunciaron a
nadie de su partido, se limitaron a seguir cobrando y girar la cabeza hacia
otro lado. Políticos así sobran en este país, no les necesitamos, no nos
aportan nada bueno, no nos valen para construir una sociedad mejor, más
desarrollada y que incremente nuestro bienestar.
Por último,
hace falta una política que permita a los ciudadanos que podamos intervenir
constantemente en las tomas de decisiones. Hay que articular mecanismos para
que las personas podamos manifestar nuestra aprobación o exigencia de
rectificación de algunos asuntos sobre los que estemos o no de acuerdo. Porque
la política tiene que ser el medio para llegar a vivir como deciden hacerlo los
ciudadanos, no una minoría gobernante y, mucho menos, como dicten las
multinacionales o la banca. A esto hay que ponerle fin cuanto antes y para ello
los políticos han de ser otros, pues los actuales están vendidos a esos
poderosos que nombré anteriormente. El camino marcado por esos políticos es el
que han convenido aquellos mismos poderosos, que son los que mejor se sirven de
nosotros en su provecho. Ese camino es el que le permite ganar más pagando
menos impuestos, lo que les hacen diferente mediante una legislación a medida
para ellos. Con todo esto hay que terminar y está en nuestras manos hacerlo, en
nuestras papeletas y en los resultados de las urnas.
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