Quisiera
abundar un poco en mi anterior escrito porque veo necesario que para hacer
otras cosas en el tablero de juego, hay que comenzar por cambiar las reglas del
juego. Nos hemos llevado años oyendo reproches, en ese sentido, de unos
políticos a otros, pidiendo que respetaran las reglas del juego y así no hay
quien cambie nada en este país. Ahora más recientemente se lanzan dardos
envenenados, etiquetando de antisistema a los que se alinean con otras ideas o
a los que quieren que se cambien parte de esas reglas.
Llegados al
punto de corrupción y libertinaje al que se ha llegado con las insuficientes
leyes y formas en que se aplican, escasa independencia del poder judicial con
respecto a los políticos que les facilitan entrar en las Instituciones del
Estado; es de obligado cumplimiento establecer otras reglas para que el ratón
no encuentre varias salidas en el laberinto. Pobre ratón, compararlo con los
delincuentes que han proliferado por cientos en este país, Estado de derechos
de unos pocos, conforme vemos en estos últimos años.
En mi anterior
escrito justificaba ese cambio de legislación, hablando solo de unos pocos
puntos que se me ocurrieron, pero mirando detenidamente estoy seguro de que
sale tema como para cambiar muchas de las leyes o normas de juego, como les
gusta decir a los que parecen se toman la tarea de gobernar en eso mismo, en un
juego. Y a la vista de los resultados, de la delincuencia criminal, de la forma
de despilfarrar el dinero público y de desatender los intereses generales de
los ciudadanos; comprendemos que se lo han tomado a broma, van a las
instituciones a jugar y Celia Villalobos dio buena cuenta de ello en el
Congreso.
Los que están
no sirven y los que vengan si continúan con las mismas leyes y forma de
aplicarlas, ya podemos asegurar que pueden maquillar el panorama, pero que no
nos servirán tampoco. ¿Piensan que es una visión pesimista o realista? Si está
fallando la forma de funcionar de la fiscalía y de los jueces por ser nombrados
por los mismo políticos y estos se ven cogidos de pies y manos para ir contra
ellos; y los que lleguen lo primero que hacen es seguir “las reglas del juego”
y nombran sus fiscales y jueces, pues ya estamos en el mismo escenario.
Diferente es acceder al gobierno y lo primero es convocar oposiciones para
contratar por méritos a los futuros jueces y fiscales. Los que están puestos a
dedo que se vayan a sus respectivos despachos y continúen su vida laboral como
profesional independiente. Este sería un buen primer paso, después hay que
sacar de las Instituciones a todos los cargos públicos y empleados innecesarios
que accedieron sin exámenes, lo tercero es dejar de estar aforados. A esto se
llama hacer una limpia desde dentro, tras ello seguir purgando y persiguiendo
siempre el bienestar ciudadano, atendiendo sus necesidades, obrando en
consecuencia y que tengamos capacidad reconocida para poder sacar de su cargo a
aquellos que no sean eficaces.
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