Cuando escribo
y lo cuelgo en la red tengo el propósito de ser leído por muchas personas, no
voy a ocultar lo que quisiera que se produjese, pero no pienso en ser famoso,
no van por ahí los tiros. A mi me gusta compartir pensamientos, ideas, sueños
pues albergo la esperanza de que podamos ser más para llevar a cabo algunas
cosas, algunos proyectos. También, trato de ilusionar con aquellas cosas que a
mi me entusiasman, no puedo quedármelas solo para mí, disfruto compartiendo
aquellas ideas que, tal vez, ayuden a otros.
Hay gente más
reservada o que les gusta menos relacionarse, abrirse, yo soy lo contrario,
entiendo que soy como soy, que cada uno es como es, que no hay nada que
ocultar, que en el fondo somos lo mismo y que si dejamos que las corazas
caigan, nos va a ir mucho mejor a todos. Es tiempo de volver a encontrarnos, de
mirarnos, de acércanos, de abrazarnos y de amarnos. Esta es la verdadera
revolución de la humanidad, comprender, ser consciente, vivirse como tal, como
conjunto con un objetivo interior profundo: crecer, despertar cualidades que
todos poseemos y que nos llevan inexorablemente a la disolución de la distancia
entre nosotros y toda manifestación de vida. Solo en nuestras cabezas se ha
generado un pensamiento de individualidad siendo una colectividad, la
humanidad. Debemos sentirnos humanidad, somos la humanidad y podemos
experimentar el amor incondicional y desinteresado por todos los seres vivos.
Las bases
actuales sobre las que se asienta el orden social, incluido en este término
todo el abanico de actividades conocidas, se aleja de nuestro principio o ser,
se olvida de quienes somos y nos obliga a acomodarnos como mejor podemos cada
uno de nosotros. Hemos sido educado con pautas de conducta aprendidas para
facilitarnos la integración y las relaciones, porque hemos dejado de tener
conciencia de quienes somos, por eso nos han hecho falta las normas. Solo
cuando se es consciente, se comprende, se respeta y se ama; entonces no hacen
falta leyes artificiales para que se respeten las cosas y las personas.
Entonces se está preparado para vivir en sociedad, se sabe lo que se debe
hacer, se conoce lo correcto, es cuando los demás importan, cuando los demás
cuentan, cuando los demás son como nosotros y cuando se ama sin un motivo
concreto.
Escribo esto porque
lo siento cerca, quizá es tiempo de un nuevo orden, es como si presintiera que
algo va a pasar, la revolución de la humanidad ya no puede esperar, es
necesario que crezcamos, que avancemos, que desarrollemos todas nuestras
cualidades, que estemos disponibles al menos, porque no se trata de volvernos
locos haciendo miles y una cosa. Es esperar estando dispuestos a cambiar,
abiertos a nuevas experiencias y sensaciones, es tratar de ser cada día algo
mejor, con todo lo que eso conlleva; el resto vendrá por añadidura. Confío en
que llegará pronto, es la vía, el camino de vuelta a ser plenamente lo que
somos y como cualquier río que trae agua, esta está constantemente tratando de
transcurrir hacia su cauce natural.
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