En época pre electoral
es muy utilizado y “vendido”: el cambio. Todos los partidos que aspiran a
gobernar prometen el cambio si son ellos los que fueran elegidos, de nuevo nos
mienten, ¿cuántos de ellos llevan en su programa cambiar la legislación
española?; yo que en esto soy muy drástico digo que mientras no se modifique el
guión, el margen de actuación es el mismo y la posibilidad de que sucedan cosas
parecidas será infinita.
La revolución
es aplicar un cambio total en todo aquello que sea necesario y sin temor.
Cuando algunos hablan de modificar la Constitución, otros se ponen a temblar y
no entiendo por qué modificar las reglas del juego asusta tanto.
El sentido
común de los ciudadanos y la vuelta del poder a los mismos pueden facilitar que
las cosas cambien de verdad. Ahí van unas pinceladas, atendiendo a muchos de
los asuntos que nos afectan en estos días, de matices necesarios que deberían cambiar en nuestra legislación:
- Revisión
exhaustiva de la forma en que fueron contratados todos los funcionarios, cargos
públicos y empleados públicos. Hay que poner fin al “dedismo”, hay que limpiar
y descargar a la Administración de gastos innecesarios. Los enchufados tienen
que ser despedidos.
- Los
ciudadanos deben fijar los salarios de los políticos, a menos que se los paguen
sus respectivos partidos con el dinero de sus afiliados.
- No hay que
subvencionar a los partidos políticos ni a los sindicatos.
- Hay que
modificar la ley electoral para que un escaño equivalga a un mismo número de
votos, sea cual sea el partido votado.
- Los delitos
no deben prescribir jamás y se deben revisar todos los delitos cometidos en
España con carácter retroactivo, pedir cuentas y juzgar por ello, si sus
delincuentes están vivos. Hay que revisar la historia de este país y la sangría
que han hecho unos pocos.
- Es
obligatorio que los corruptos devuelvan todo lo robado si quieren recuperar su
libertad. O sea, que si al terminar su condena no lo hubieran hecho, se les
prolonga la misma.
- Las cárceles
se han de convertir en fábricas y cada recluso ha de cumplir condena trabajando
diariamente 8 horas para generar dinero, bien para pagar sus daños hacia
terceros, bien para mandar dinero a sus familias. La productividad ha de ser
revisada, pues si no trabaja se suman días a la condena. Hay que terminar con
ladrones que se toman la cárcel como unas vacaciones entre amigos, un poco de
lectura, deporte y partidas de cartas.
- Los asesinos
que han privado de libertad a sus victimas, tienen que pasarse toda su vida
encerrados. Hay que perder el miedo a implantar la cadena perpetua para esos
casos. A las victimas de esos asesinos si que les arrebataron de un golpe todos
los derechos humanos.
- Hay que
legislar para que la dación en pago sea una realidad, para que terminen los
desahucios o para que se terminen los privilegios de los poderosos a tributar
menos que nadie. Hay que poner fin a las SICAVs y esos otros métodos de ingeniería
fiscal, que van en la misma dirección, pagar menos con el consentimiento de
Hacienda.
Lo dejo aquí porque
me extendería demasiado, pero algunos de estos puntos supondría un verdadero
revulsivo, esto si que es “cambio”, así que no nos vendan tanta revolución y
que la apliquen los futuros gobernantes, si es el cambio lo que de verdad
desean.
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