La moda de los
trabajos que ofrecen hoy es ofertar trabajo para una actividad, enmascarando la
verdadera a realizar. Publicitan repartidor, por ejemplo, cuando debieron
decir: vendedor. Otra moda es hacer la entrevista sin aclarar lo que se va a
hacer y en qué condiciones. Otra es el pago mediante comisiones si se alcanza
un número de ventas determinado. Otra es no darte de alta en la Seguridad Social
y hacerte firmar un contrato mercantil, que exonera a la empresa de cualquier
responsabilidad con la Administración y con clausulas que aseguran las
ventajas, todas ellas, para la empresa. Otra es que para trabajar tú corres con
todos los gastos de la gestión, pones tu coche y muchas horas de subidas y
bajadas de escaleras. ¡Ah, las comisiones te las pagan al mes siguiente de
haberlas trabajado!, te las pagan si el cliente cumple estrictamente los
acuerdos pactados, en caso contrario dejan de abonarte esa comisión aunque la
venta la realizaste.
El resultado
de lo expuesto es que hay muchas personas con estas condiciones, que ganan dos
perras, se gastan media en transporte, gasolina o comer el menú de los bares y
están todo el día tirados en la calle. Al mismo tiempo, como son trabajos tan
precarios, no terminan de cumplir la legalidad: no se dan de alta en
actividades económicas ni en Seguridad Social y después vienen los problemas,
claro está, para el trabajador.
Este ejemplo
es uno de tantos de los que se están dando en la actualidad, estos son los
trabajos que están paliando la crisis, estos son los puestos de trabajo que se
están creando, según el “ingobierno”. Este debe ser el plan de rescate de las
familias sin trabajo, un batallón de ciudadanos dando vueltas, tratando de
vender miles de productos y servicios, picando puertas todo el día, en
condiciones de infra trabajo. Esto es lo que hay, fomento de la economía
sumergida y consentida para que muchas personas puedan sacarse cuatrocientos o
quinientos euros, si alcanzan los objetivos previstos por las empresas. Las
empresas exponen poco últimamente, ni Seguridad Social, ni pagan gastos o
transportes y tienen legiones de personas dando vueltas, promoviendo sus
productos, vendiéndolos y pagando comisiones cuando ellos han cobrado.
Ayer verían
ustedes los acuerdos entre empresarios y sindicatos para subir un 1% los
salarios, eso si, lo pactan siempre que los sindicatos accedan a lo que dicen
los empresarios: “hasta el 1%”, el “hasta” es fundamental para los empresarios
porque les da juego para que unos suban el 0,3%, otros el 0,6%, etc. El caso es
que ni siquiera una minucia como el 1%, después de haber perdido tanto poder
adquisitivo en los últimos años, les parece bien a los empresarios. ¿Y qué
tienen que decir los sindicatos?, pues seguramente no dirán nada, porque ya
hace años que firman lo que se les ponga por delante, para eso están
subvencionados por el “ingobierno”. Ni los unos ni los otros van a resolver los
problemas laborales que padecemos, España necesita volverse como un calcetín y
que caiga toda la mugre que se ha instalado en las instituciones.
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