Hoy como es
jornada de reflexión voy a pasar de hablar de política, hoy no toca. Haremos
algo diferente, empecemos el día, por ejemplo, tomando una infusión y dejando
de comer, bien podría ser un día de ayuno; así nuestro cuerpo tiene un día de
descanso de sus funciones digestivas normales. Probemos, a ver que tal nos va,
quizá esta práctica produzca un cambio en nuestras mentes, quién sabe.
Después de
bebernos la infusión, yo me la estoy haciendo de té verde con manzanilla,
podríamos salir a caminar un rato, aprovechando el fresco y los primeros rayos
de sol de la mañana, mientras oímos el canto continuo de los pájaros. Posteriormente,
podríamos leer algo que haya estado olvidado en nuestra librería, pero que como
este es un día diferente, hoy vamos a ver qué descubrimos entre sus páginas.
Bebemos cuanta
agua o líquidos queramos, lo que no vale es comer, ¿vale?, al menos que no
podamos resistir más; entonces podemos comer algunas piezas de frutas. Tenemos
voluntad para esto y mucho más, tenemos que confiar en nosotros y vamos a
completar un día diferente. Cuando se nos vuelva a apetecer tomar algo
calentito, nos volvemos a hacer otra infusión, ¿sabéis que las infusiones se
han de dejar reposar tapadas, para que se haga bien la infusión y se aprovechen
todas las propiedades terapéuticas de las plantas? Yo veo a mucha gente que
vierte el agua hirviendo en el vaso, esperan un poco que el agua se torne de
color, le añaden el azúcar o la sacarina y ¡hala! para dentro. No lo hacen
bien, la infusión necesita estar tapada, por ejemplo con un platito de los que
se suelen poner debajo de la taza, y dejar reposar unos diez o quince minutos.
En las bolsitas suelen indicar los fabricantes que se deje unos cinco minutos,
pero tras ese corto espacio de tiempo no hay humano que le pueda acercar los
labios a la taza porque te quema. Es mejor prolongar la espera y nos será más
grato cada sorbo que demos de nuestra infusión, que por cierto, a mi me gusta
endulzar con miel, le da un sabor diferente a cuando se endulza con azúcar o
sacarina.
Para completar
este día diferente, si es que te apuntas, vive más lentamente, no tengas
prisas, no discutas de nada ni con nadie, aprovecha para observarte un poco,
para pensar en ti y tratar de saber más de ti, sigue mirando y algo
descubrirás. ¿Desde cuándo no lo hacías?, dedícate el día a ti, a cuidarte, a
pasear, a ir despacio, a no preocuparte por nada, a dejar que todo fluya a tu alrededor
y tú con todo, a afrontar el reto de, quizá, tu primer ayuno, que ya de por sí
transforma. A veces en la vida hay que hacer cosas distintas para obtener
resultados diferentes, ¿no crees?, ¡Que tengas un fenomenal día!, ya nos
cuentas cómo te ha ido.
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