Acabo de oír
una noticia en la radio acerca del jugador de fútbol Karim Benzema del Real
Madrid. En la misma se decía que el jugador había sido sancionado
reiteradamente por conducir sin carnet a altas velocidades, por lo que las
autoridades instaban al club a que fuera responsable y tomara parte en el
asunto. Las autoridades quieren que los clubes se conviertan en autoridades,
les traspasan sus obligaciones a aquellos y yo digo que esto es una vergüenza.
¿Qué es lo que está pasando con los señoritos futbolistas?, no se les puede exigir
que paguen impuestos como al resto de los españoles, no se les puede meter en
prisión por pegar a sus mujeres, como un caso que tuvimos en el Real Betis Balompié
o no se les puede quitar de circulación por ser un peligro para el resto de los
conductores. Tampoco se les pueden cerrar los estadios cuando no pagan a la
Seguridad Social o a Hacienda, que ya son muchos los clubes con grandes y
millonarias deudas a la Administración; si fueran empresas de cualquier otro
españolito, nos hubieran embargado hasta la ropa interior y tendríamos que
haber cerrado nuestras empresas, pero el fútbol en este país es intocable, ¿tiene
la bula del Papa Adriano o qué?
No me muero
sin el fútbol pero me gusta el fútbol, por si alguien estuviera pensando otra
cosa, pero lo que no me gusta son los privilegios y menos que nos los
restrieguen por la cara. No me gusta una justicia con dos o tres
interpretaciones de las leyes, adaptándolas a la categoría social a la que
pertenezcan los infractores. Esta forma de actuar hacia los clubes de fútbol se
suma al tráfico de influencias, a la delincuencia y a la corrupción que
protagoniza la clase social alta de este país, que se cree dueña del cortijo
como se suele decir, y campa a sus anchas e impunemente saltándose las
obligaciones y el comportamiento moral y ético que nos es exigido a los demás.
Ya hemos
tenido suficientes casos como para comprender que en este país hay varios
sectores que nunca se pueden dejar a su suerte, que son: la banca, el fútbol,
los políticos, el clero y la monarquía. Ya hemos podido ver reiteradamente
quiénes gozan de grandes privilegios, quienes nacieron por otra parte diferente
porque a ellos si que les puede defender un fiscal, como se suele decir: a
hierro. La banca roba, se reparte dividendos millonarios entre sus accionistas,
se van de rositas, nadie devuelve nada y son rescatados con nuestro dinero,
miles de millones, casi doscientos mil millones de euros entre la etapa
Zapatero y la de Rajoy, “el que no iba a dar un duro público a la banca”, según
sus propias palabras meses antes de salir elegido presidente. El fútbol lleva
años debiendo cientos de millones de euros a las instituciones y no pasa nada.
Los jugadores llevan los mismos años o toda la vida teniendo un trato
tributario de favor y millonario, tampoco pasa nada. De los políticos qué vamos
a decir que no se sepa a estas alturas de la película, hay golfos en todas las
instituciones delinquiendo a plena luz y otros muchos encubriéndolos, sin
castigo alguno por su influencia sobre los jueces que ellos mismos han puesto
en sus cargos a dedo. Se llevan mucho, comisiones que nosotros pagamos en sobre
costes de las adjudicaciones públicas, que nunca devuelven y cuando son
castigados los hacen muy poco tiempo y en condiciones especiales casi de
vacaciones.
El clero vive
al amparo de las subvenciones y es rico gracias a la benevolencia con la que ha
sido tratado por los diferentes Gobiernos de este Estado aconfesional. No
digamos, de la riqueza acumulada por la cantidad de edificios públicos que se
han podido apropiar por cantidades irrisorias, o el privilegio haber sido
durante años una entidad que se ha librado de comprar con IVA, nunca han pagado
el impuesto que hasta los más pobres de este país tienen que abonar si quieren
adquirir cualquier artículo aunque sea de primera necesidad. La Iglesia ha
estado exenta durante décadas.
Y que decir de
la monarquía, la institución que vive “a cuerpo de Rey” desde hace años,
mantenida por todos los españoles. Una institución que se ha valido de sus altísimos
contactos para hacer negocios privados, para enriquecerse, para hacer todo lo
que sabemos ha trascendido en la prensa durante años. Viven a cuerpo de Rey
pero sin la transparencia necesaria, aunque desde hace un año han hecho un
esfuerzo por dejar entrever algo; no obstante, creo que es una institución
innecesaria, pienso que España puede seguir adelante sin la ayuda que pueda
proporcionar, pues evitaríamos un gasto significativo al que nos tienen
obligado por sucesión genealógica de por vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario