Ayer pudimos
presenciar a Esteban González Pons en la Sexta Noche, así que pudimos comprobar
el sumo de la incoherencia y la falsa diplomacia, ¿por qué digo esto?, pues
porque si observaron hablaba de que su partido ha hecho unas cosas, al mismo
tiempo que él personalmente manifestaba estar del lado o de acuerdo con los que
le interpelaban. Exposiciones, casi siempre, distante a los pensamientos y
forma de actuar del PP, entonces uno no tiene más remedio que preguntarse: cómo
sigue ese señor en ese partido si siempre está de acuerdo con ideas contrarias
a las que defiende su partido.
Fue falso, muy
falso, aunque tengo que reconocerle que es mucho mejor orador que casi todos
los compañeros que suelen salir al paso, ante la prensa, cada vez que los de su
partido se ven inmersos en un disparate corrupto, que es casi cada día. No
entiendo como el PP nombra portavoces a otros que parece que las palabras se
les rebelan, vamos, que no dan con las palabras adecuadas y tienen que hacer
los malos chistes, hablar en diferido por tener que defender lo imposible o,
sencillamente, pasan a las descalificaciones chabacanas como le ocurre al
actual portavoz del PP.
De nuevo vimos
a un político del banquillo del PP fundamentar todas sus argumentaciones
alrededor de “la herencia recibida”. Ya van para cuatro años, sus números son
tan malos y están tan maquillados como los que pudo dejar el PSOE, y no
defiendo a estos tampoco, pero ellos, primer partido de la oposición en 2010 y
2011, tenían que conocer perfectamente la situación de España y su economía. No
obstante, elaboraron un programa gancho, con el que consiguieron engañar a casi
once millones de ciudadanos, que les sirvió para agarrar el trono del poder con
una mayoría absoluta insultante, por cuanto hicieron con el uso de ella;
imponer las políticas dictadas por Alemania, Merkel, el BCE y el FMI.
Arruinando aún más a los españoles, provocando el cierre de miles de empresas,
haciendo perder el trabajo a algunos millones de personas, llevando a dos
millones de familias a la ruina más absoluta, quedando sin ingresos y sin hogar,
pero eso sí salvaron a los bancos, taponaron los agujeros mortales que ellos
mismos, los políticos, habían provocado en muchas cajas de ahorros y entidades
bancarias. Fueron muy injustos manejando, a su antojo, al poder judicial,
moviendo ficha según les convenía y llevándose el dinero público a golpe de
mordida de todas las adjudicaciones efectuadas a las empresas de sus amiguetes.
Es vergonzoso
como se han movido estos señores, que ahora aparecen en un programa de
televisión para aparentar estar de acuerdo con lo que manifiestan los
ciudadanos sin que se les caigan, la cara de vergüenza, al suelo. Lo que han
hecho y están haciendo, solo hay que oír las grabaciones que trascienden a los
medios de comunicación y, ver el despilfarro de recursos monetarios, para
comprender que todos deberían estar en sus casas viviendo de sus trabajos y
nada más. Unos son culpables por estar metidos en los casos de corrupción por
actuación propia, y otros también lo son por haber mirado hacia otro lado y no
haber denunciado. Son muy falsos.
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