Debe de haber
un pacto entre el “ingobierno” y los medios televisivos, pues desde hace unos
días no oigo, en los informativos, que hablen de los desmanes de la corrupción.
La presión del “ingobierno” sobre los mismos parece que ha surtido efecto, se
han acojonado, se han amansado o se han vendido, algo está sucediendo. La
mordaza del “ingobierno” hace mella en los contenidos; he visto dos o tres
informativos y ni rastro de las malas artes de los políticos, llegan las
elecciones y no se puede seguir despertando al electorado. Mejor, es que sigan
adormecidos con el futbol, el Sálvame y demás espacios de relleno que poco o
nada bueno aportan, pero que mantienen entretenida a la población.
Siempre se ha
dicho: “un pueblo sin cultura, se manipula mejor”, opone poca o ninguna
resistencia a ser conducido a placer, piensa poco por si mismo, tiene pocas
aspiraciones y se les oprime a conveniencia y exigencia del guión, que escriben
los poderosos para que sea aplicado por los titiriteros del traje oscuro,
camisa blanca y corbata. Esas criaturas que aprendieron a vivir a costa del
resto de los mortales, que solo saben culpar a los otros, que no admiten
responsabilidades de ninguna clase y menos políticas. Que nunca dimiten porque
el verbo dimitir no aparece en sus diccionarios, ni tampoco fueron educados en
la coherencia, en la verdad ni en el cumplimiento de sus funciones. Esa clase
de gente nos está “ingobernando” y saqueando, los mismos que se van de rositas
cuando sus delitos prescriben por la gracia divina de su ley confeccionada a
medida de delincuentes y maleantes, para que puedan esquivar a la justicia,
sigan disfrutando de los bienes atesorados con las comisiones y los dineros
malversados, y que jamás se les pueda exigir que los devuelvan. Esto parece
bastante crudo, pero me van a permitir mi libertad de expresión y es lo que yo
pienso y siento, a la vista del panorama tan poco halagüeño en el que estamos
inmersos.
Claro que hay
que comenzar de nuevo y si eso implica una nueva constitución, desde la “A” a
la “Z”, pues tendrá que ser así. ¿Es eso pensar como un antisistema?, pues que
así sea, me da igual, no me importa lo que piensen otros en este sentido;
expongo mi opinión, nada más. Otros piensan de un modo diferente, pues bien, es
lo que tiene que ocurrir, no somos clones, me parece bien. No obstante, en
algún punto debemos coincidir para hacer algo, para luchar por algo, para poner
en valor algo, y ese algo que creo es urgente atender es la problemática del
trabajo. Hay que hablar de estrategias para alcanzar el pleno empleo, todas las
personas en disposición de trabajar deben poder optar a un puesto de trabajo,
remunerado dignamente, para poder vivir decentemente, poder comer, vestir,
pagar sus facturas, no ser echados de sus viviendas, etc. Estos son derechos
básicos y comunes a todas las personas, y todos los políticos tendrían que estar
preocupados por esto y no por el número de diputados o escaños que van a
obtener. No por las encuestas, no por los pactos que se harán, no por el dinero
para sus campañas electorales y cómo lo van a conseguir.
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