El desempleado
es una responsabilidad del Estado, es así como hay que tomarlo para que este se
obligue en buscar la formula para que no haya paro, en primer lugar, pero si
hay momentos en que se hace inevitable, hay que socorrerle evitándole gastos.
Por ejemplo: facilitándole el transporte público gratis, haciéndose cargo del
consumo de luz, agua y alquiler de vivienda. Hay que inculpar al Estado por no
dar las condiciones óptimas para que los empresarios creen puestos de trabajo, mientras
tanto lo que tiene es que respaldar y liberar de gastos a los desempleados.
Como los empresarios jamás van a ir a por el pleno empleo porque les resta
poder frente a las negociaciones con los trabajadores, es el Estado quién tiene
la obligación moral de invertir en crear puestos de trabajo cuando los
empresarios hagan esa medida de fuerza para que el paro siga siendo
significativo y nos haga rogarles un trabajo con un mediocre salario.
Hay que parar
cualquier inversión, no justificada suficientemente o que se pueda demorar,
ante la necesidad prioritaria de dar trabajo a las personas. Sin embargo, tal
como han denunciado públicamente los futuros nuevos ediles de Ayuntamientos
importantes como los de Madrid o Barcelona, los salientes están aprovechando
para cerrar contratos millonarios y, seguramente, cogiendo “cacho”. Esta es la
importancia que tiene para los políticos la situación social y económica de
algunas familias; son unos descerebrados egoístas que solo piensan en ellos y
en sus carteras, cuentas en Suiza, etc.
Lo primero es
socorrer a las familias sin ingreso y hay que crear puestos de trabajo donde
entren en primer lugar esas personas, al menos un representante de cada familia
sin ingreso y que pueda llevar a casa un salario digno, no esto que están
ofreciendo últimamente. Ahora si que parece que se ha puesto de moda el
contrato único: el contrato mercantil, puramente a comisión, donde el empresario
ni expone ni invierte nada y donde tú corres con todos los gastos para
trabajar: seguridad social, combustible, vehículo, teléfono, comida, etc. A
Hacienda no le importa que haya miles de falsos autónomos, no investiga, no
castiga a los empresarios, se trata de tener a la gente entretenida mientras
sacan calderilla y se creen que están trabajando, conformándose porque la cosa
está muy difícil.
Claro que el
Estado tiene que crear puestos de trabajo y claro que hay que quitar tal
protagonismo a los empresarios, porque estos nunca van a paliar el paro, no les
interesa, quieren que haya necesidad, que las personas aceptemos mierdas de
trabajos con salarios de risa, dados de alta, en los mejores casos, unas hora,
pero con exigencia de hacer jornadas de diez o doce horas, partiéndote la cara
todo el día picando puertas, subiendo y bajando escaleras, para llevarte a casa
500 ó 600 €, si te los pagan y llegaste a los objetivos cada vez más exigentes
por parte del empresario. El empresario, en general, no es que sea malo, no lo
son, pero si son depredadores del mercado, quieren un poco más cada día y no
ven el fin. Hablan de que tienen muchos gastos, y desean vender más y más,
quieren ganar más y lo hacen a costa de ti, por supuesto. También ha de haber
empresarios muy humanos, seguro que los habrá, y aunque están en minoría no
sería justo omitirlos.
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