Seguimos con
el cuento de la lechera, por llamarle de algún modo, el primero que se me
ocurre, y me refiero al caso de las elecciones andaluzas. Como no se le apoya a
Susana Díaz en la primera votación, habrá una segunda votación el próximo
viernes y si aún no sale elegida como Presidenta de la Junta de Andalucía,
habrá nuevos comicios. Sigo dándole vueltas al asunto, no me cabe en la cabeza
toda esta parafernalia, con lo sencillo que es y mucho más respetuoso con los
andaluces, que se empiece a gobernar tal como quedaron las elecciones. Que el
PSOE sacó más diputados pues influirá más en las tomas de decisiones y ya está.
Pero quiere tenerlo fácil, quiere imponer lo que desee contra viento y marea;
es el afán de la mayoría lo que le corroe, lo que no le deja dormir a Susana
Díaz. Quiere el ordeno y mando, aunque con sus formas anule la decisión de millones
de andaluces que no votaron al PSOE. Quiere que las voces parlamentarias que
representan a esos andaluces valgan menos o nada comparadas con las que le eligieron
a ella, y eso no es ni justo ni respetuoso.
Esta mañana he
oído que el PSOE en Andalucía se está pensando proponer una modificación de la
ley electoral para que gobierne, directamente, la lista más votada. Susana no
quiere pasar por lo que está pasando, no quiere arrodillarse o dar su brazo a
torcer y no quiere someterse a las imposiciones de los que consideran actores
necesarios para conseguir esa mayoría que tanto anhela, pero con los que no
querría tener que hablar para nada. Con el cambio de la ley se los quitaría a
todos de en medio, ella gobernaría como una mayoría absoluta a pesar de no
haberla obtenido, que es lo fácil pero también lo injusto por cuanto representa
de desprecio hacia la decisión y el voto del resto de andaluces, que optaron
por una opción política diferente. Esto se parece poco a una democracia, esto
es dar la vuelta a la tortilla porque a Susana le da la gana y es poner a la
vista la cara, de la tortilla, que más le interesa a la Sra. Díaz.
Siguen sin
querer hacer política, no quieren debatir sino imponer, no quieren tener que
sacar las cosas adelante mediante consenso; es por ello, por lo que busca el
PSOE, tan ansiosamente, la mayoría y los apoyos para conseguirla. Les gusta el
poder y secuestrar la democracia, por eso si con la ley actual no se benefician
en la medida pretendida, la modifican para adaptarla a sus objetivos, no al de
los ciudadanos. Los ciudadanos ya hemos hablado en las urnas, ahora les toca a
los elegidos gobernar entre todos por el bien de todos los andaluces, no para
sus partidos ni para los intereses de las próximas elecciones en el país. Toca
gobernar ahora y ya están derrochando el tiempo porque la ley de las dos
votaciones de investiduras, los acuerdos o preacuerdos entre las fuerzas, etc.,
deberían ser excluidos de la legalidad. El Gobierno debe estar compuesto por
todos los diputados elegidos, nadie debe ser oposición sino colaborador
necesario para lograr las metas de bienestar general exigido y que nos hayamos
propuesto alcanzar.
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