Ayer pudimos
ver el debate organizado por Atresmedia entre los cuatro partidos: PP,
PSOE, C’s y PODEMOS. La puesta en escena
fue fenomenal, los participantes se respetaron los turnos de palabra la mayoría
de las veces, y el público fue correctísimo, se le pidió que no hicieran
manifestaciones ni a favor ni en contra de ningún representante político, y así
lo hicieron.
Gran parte del
debate se debatió entre rifirrafes de Pedro Sánchez con Albert Rivera y Soraya.
Estos tres se enzarzaron más, lo cual dejaba en una posición privilegiada o
destacada a Pablo Iglesias, que seguía a lo suyo, exponiendo las medidas de su
programa electoral como contestación a las preguntas que los presentadores del
debate hacían.
Se pudieron apreciar
bastantes nervios en casi todos los candidatos, excepto en Mariano Rajoy, que
lo veía desde un plasma, en Doñana, junto a su familia. Pedro Sánchez disparaba
coletillas y soltaba algunas risas nerviosas, Albert Rivera hablaba más rápido
que de costumbre y no podía permanecer quieto sobre sus pies, daba pasos atrás
y adelante constantemente. Soraya aguantaba muy bien el tipo, pero la boca se
le ponía pastosa a consecuencia de los nervios y su pronunciación dejaba, en
ocasiones, de ser tan limpia. Pablo Iglesias me pareció el candidato más
aplomado, a pesar de que cuando le vi echar mano del bolígrafo, me dije: “debe
estar inseguro o nervioso”. Sin embargo, a lo largo del debate demostró tener
mayor control que los demás, se aplomó sobre las piernas un poco abierta para
conseguir mayor equilibrio, y le dio resultado, se pudo apreciar que está más
familiarizado con los medios televisivos.
En cuanto a
los contenidos de cada uno, PP a lo suyo, continuidad de las mismas políticas, destacando
que ellos han sido los salvadores de España, y haciendo una exposición de que
con ellos España remonta. Siguen sin reconocer el rescate y la precariedad
laboral que han implantado, así como la corrupción generalizada de su partido
sin coste político alguno.
PSOE tiene una
posición dificilísima, pues Pedro Sánchez quiere dar una vuelta al timón, pero
lleva un lastre demasiado pesado, haber pertenecido al PSOE que votó a favor de
la reforma laboral implantada en 2010 por Zapatero, por tanto haber colaborado
a la precariedad y, ahora, dice que va a hacer lo contrario, ¡es poco creíble!
C’s propone
soluciones nuevas de regeneración como la reducción de las instituciones con la
eliminación del Senado o las Diputaciones, pero adopta el copago que propuso el
PP, carga pocas tintas contra los poderosos que no contribuyen, siguen con su
contrato único, que arranca como atractivo, pero que al ser el despido casi
inexistente cuando se lleva menos tiempo en la empresa, puede ser una ventaja
para que el empresario se condicione a no pagar despidos, y prefiera contratar
continuamente, dando lugar a un mercado laboral volátil y temporal.
PODEMOS hace
las propuestas que más protegen a los ciudadanos en cualquiera de los temas por
los que fueron preguntados los candidatos. Muestra la cara más dura contra las
grandes corporaciones que se valen de la ingeniería fiscal para no contribuir
lo que debieran, y pelea a muerte contra las puertas giratorias o la corrupción
institucional. Igualmente, se manifiesta a favor del trabajo digno con salario
digno y, para ello, propone la subida del SMI a ochocientos euros en dos años.
Al contrario de las propuestas del resto que se subieron al carro de completar
los salarios más bajos con dinero del Estado, lo que acomodaría la posición de
los empresarios, que mantendrían los salarios bajos, para que el resto lo
pongamos entre todos.
En definitiva,
me pareció un buen formato, bien conducido por sus presentadores que moderaron
adecuadamente, y una muy interesante confrontación que espero valga para
decantar el voto de los indecisos. Porque hace falta que todos los españoles
nos volquemos en estas elecciones y votemos masivamente, pues nos jugamos
demasiado y el poder ha de residir, de nuevo, en el pueblo.
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