Hace unos días
hablaba con un vecino acerca de los gatos que se resguardan en los jardines, en
los que saben no se van a encontrar con perros. Este vecino antes tuvo perro,
se murió, y desde entonces se le metió en su jardín una gata que le ha parido
dos veces. La primera vez logró regalarlos todos, esta vez parió y tiene a cuatro
gatos de unos cinco meses y le estaba recomendando que los castrara o
esterilizara a todos, pues algunas son hembras, para evitar que se juntara con
veinte gatos en poco tiempo.
Mi vecino
comenzó a referirme que era incapaz de verlos desnutridos, y comentábamos de la
ordenanza que impide dar de comer a los animales en la vía pública, pues en
nuestra urbanización hay bastantes gatos sin dueños. Al mismo tiempo hay varias
mujeres que les llevan comida, siendo criticadas por parte de otros vecinos.
Algo sobre lo que siempre me he manifestado en contra, pues creo que los
animales no pueden estar desnutridos y medio enfermos, que es peor para los
otros animales domésticos, para los críos que se acercan a acariciarlos, etc.
Pues lo
curioso de aquella conversación con aquel vecino, fue que cuando me decía que
el sufría cuando a los animales no se les daba de comer, se para en seco, y
añade: “parecerá mentira que lo diga yo que soy cazador y me voy de montería de
vez en cuando”. Hombre, algo extraño si que es y, claro, la conversación derivó
hacia la crueldad con los animales, el tiro que les quita la vida, el hobby de
algunos que pone fin a una vida, a que vuelvan a ver un amanecer nuevo, etc. De
ahí nos transportamos a la crueldad en los mataderos, el me refería que por trabajo,
él se dedica al mantenimiento de ascensores, tuvo que atender un tiempo al
montacargas de un matadero y comenzó a darme detalles escalofriantes del trato
dispensado a los animales que eran sacrificados, que es mejor no repetirlos,
pues tampoco se trata de echarle a perder el día a nadie, o de ponerle mal el
cuerpo.
Es, sencillamente,
una degeneración del comportamiento humano, que se permita un trato tan
despreciable hacia la vida de estos seres vivos, tan solo porque han de servir
para alimentar a las personas. Se les da un trato cruel, violento, doloroso e
inhumano, se les maltrata hasta en la hora de su muerte.
Para muchas
personas la vida de los animales no vale nada, se manifiestan a favor de no
abortar, se dicen estar a favor de la vida, pero no les importa que se quite
cruelmente la vida a los animales. Defienden lo que todavía no ha nacido, y no
mueven un dedo por lo que ya está aquí y es como nosotros. Le asiste la misma
energía de vida que a nosotros, ¡es incoherente totalmente!, que se la
arrebatemos y la ley no los ampare para nada.
Los animales
son manifestaciones de la vida con una forma exterior diferente a nosotros,
pero no tenemos derecho alguno para arrebatársela. ¡Estamos muy confundidos!,
tenemos unas leyes inexistentes en estos temas, y la gente mata por diversión.
No se pueden cortar cuellos, rasgar arterias con cuchillos para que los
animales mueran desangrados, chillando y agonizando. Creo que podemos subir un
escalón y llegar a ser más inteligentes y más respetuosos.
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