Ayer supimos
que Hacienda hizo pública la lista de cerca de cinco mil morosos, en la que
solo se relacionan aquellas personas físicas o jurídicas que deben más de un
millón de euros al fisco. La deuda total de esas personas o entidades
empresariales, clubes de futbol, etc., asciende a cerca de dieciséis mil
millones de euros, una cantidad nada despreciable, que ha estado pacientemente,
e incomprensiblemente guardada en los ordenadores de Hacienda.
Entre los
morosos de este país, hay nombres sonados como: Mario conde, familia Ruiz
Mateo, los expresidentes de la patronal: Arturo Fernández, o Díaz Ferrán.
Cantidad de empresas vinculadas al ladrillo, deportistas como: Dani Pedrosa,
por ejemplo, varios clubes de futbol como: el Santander o el Murcia, etc.
Además de
todos estos que hemos tenido conocimiento, con deudas de varios millones de
euros, y yo me pregunto: ¿sus deudas han sido contraídas en un momento concreto
o a lo largo de un tiempo prolongado?, porque creo que varios millones igual
afectan a varios ejercicios contables, y entonces, podríamos empezar a hablar
de dejadez en sus funciones por parte de la Administración pública. Otro tema
que tiene importancia conocer es la fecha de las deudas, y por qué siguen
siendo cantidades impagadas al día de hoy, ¿de nuevo dejación de funciones?
Es que no se
puede tener tanta manga ancha para con los que se saltan la ley como les
apetece. Es que no se puede tener varias varas para medir en el campo de la
justicia. Y es que no se puede estar constantemente alisando el camino a los
poderosos del país, a los que son famosos, conocidos empresarios, políticos o
banqueros. Estamos llegando a unos límites de indignación, injusticia e
impunidad, en algunos casos, que son abultados errores o infames descaros. De
lo contrario no tendríamos a Urdangarín sumido en el silencio, a Rato moviendo
dinero por los paraísos fiscales y maquillando el kiosco que tenía montado, o a
Pujol y toda su familia riéndose de la justicia y de todos los españoles.
Algunos nos
preguntamos si tendrá que pasar otra legislatura para conocer a los que se acogieron
a la Amnistía fiscal, con rebaja en los impuestos a pagar y perdón de los
delitos. La Hacienda de Montoro se ha convertido en el confesionario de los
delincuentes de cuello blanco del país, acuden, dan a conocer parte de sus
pecados, y Montoro siempre les absuelve. Así da gusto tener dinero, estafar a
Hacienda, porque cuando te descubren contribuyes por debajo del tipo de
gravamen que pagamos los demás, y además te hacen la promesa de no castigarte,
¡Viva la Pepa!, ¡ancha es Castilla! España es la autopista que reserva un
carril para los delincuentes con prisa, es algo parecido al carril bus en las
ciudades.
No se puede
gobernar con el miedo de que los del dinero se lo lleven, como ya han
manifestado en algunas ocasiones Montoro y Cía. No puede servir el país de
alfombra a los del dinero, y no se puede vender la soberanía del país al mejor
postor, o al que dé más comisiones. Los gobernantes han de ser valientes y no
poner al servicio de unos pocos lo que es de todos. El país no puede estar al
servicio de los supuestos inversores de dinero virtual, hay que tener agallas
para crear un proyecto de país autosuficiente, para que no sea invadido y
vendido a esos desaprensivos. No solo ha faltado piel, como algunos dijeron, ha
faltado gobierno con un proyecto de progreso para los españoles.
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