Amiga, ten fuerzas para seguir
luchando, sé que muchas veces no nos esperamos los contratiempos que vienen
solos a modo de enfermedades, pero es lo que hay, ya nos pongamos boca arriba o
boca abajo. Este mundo no es perfecto por mucho que nos hicieran creer de
pequeños que había un Dios todopoderoso que había creado, en seis días, todo cuanto conocemos, porque el séptimo ya
dijo que era para descansar… ¡vaya si sabía!... el domingo, festivo.
Cuando la persona, con la que
hemos compartido casi toda nuestra vida, enferma, más si es de gravedad, es
como si alguien nos hubiera atravesado con un hierro, no encontramos consuelo,
nos volvemos locos, pero ¿qué podemos hacer?, si la “herida” es de muerte, no
vamos a poder remediarlo, solo nos queda aceptar y tirar para adelante. En
estos momentos siempre me acuerdo del dicho sabio: “Si el problema tiene
solución, para qué me voy a preocupar. Y si el problema no tiene solución, para
qué me voy a preocupar”. Es cuestión de razonarlo en profundidad y con tranquilidad
para comprenderlo. Nos disgustamos, es lógico, a nadie le agrada una mala
noticia, pero hay que asumirla y seguir, la vida continúa.
Esta mañana mi amiga no
encontraba consuelo con nada, estaba destrozada y nadie le puede ayudar, por más
que le digo, está rota y en un estado que no puede razonar… la vida, dice, es
una mierda y su mente va mucho más allá, comienza a imaginar los pasos que
siguen, le han tirado por encima un jarro de agua helada y está entre un estado
de shock y conmocionada. Ya quisiera poder darle color al pasaje que me
comenta, pero me faltan lápices de colores, necesito matices y tonalidades que
no fabrican. Siento mucho tu dolor, amiga, pero no me siento capaz de hacer
nada para remediar el mal que me refieres. Me faltan conocimientos y, hasta la
medicina oficial carece de herramientas apropiadas para tal circunstancia. Dicen
los que más se aferran a la vida, que la fe es lo último que se pierde, pero
algunos creemos en las capacidades del ser humano en sus más variadas
dimensiones, no sé si desde otros planos más sutiles podrán, querrán o deberán
hacer algo para sanar a tu pareja.
La verdad cruda es complicada
digerirla, pero es así como se nos presentan los platos. Se nos ponen por
delante y o comes, o comes. Quiero decir que tenemos que vivirlo sí o sí y que
cada cual saque la enseñanza que sea. Estamos constantemente aprendiendo en
esta existencia y podemos mucho más de lo que creemos. No te hundas, resurge,
levanta la mirada, alza la cabeza, vístete y píntate, sal a comerte el mundo.
Somos como los números de la ruleta y la bola está gira que gira hasta que se
detiene. En ese momento al que le toca, le toca. Después de esa tirada hay
otras muchas más, por eso no podemos detenernos demasiado tiempo a pensar por
qué nos tocó a nosotros… hay que seguir jugando. Un abrazo a todos los enfermos
y enfermas que haya en estos momentos en el mundo. Mis mejores deseos para que
mejoren y ¡cuídense cuanto puedan!
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