Ayer, 28 de Febrero, se celebró
la manifestación del día de Andalucía, cada cual iría a lo que fuese, pues
muchas eran las reivindicaciones, tanto para las pensiones, como para la
educación, sanidad, etc. Mucho era el grito de algunos en ese sentido y otros
muchos que, en ocasiones, le hicimos de coro, pero sobretodo llovió casi todo
el recorrido. Llovía sin parar y los pantalones y los calzados se nos pusieron
chorreando, pero la ilusión de estar peleando por nuestros derechos mereció la
pena. Estuvimos los que quisimos y pudimos, aunque bien es verdad que se echaba
de menos a mucha gente, somos muchos más andaluces de los que nos manifestamos,
ya sé que el día era de perros, y que a todos nos gustaría haber estado sentados
en el sofá, tapados con la ropa de camilla y sintiendo en las piernas el calorcito
del brasero, pero cumplimos con nuestra obligación como ciudadanos y ciudadanas,
dar la car, protestarle a los políticos que mantienen inamoviblemente el
sistema corrupto, unas veces, y de privilegios, otras muchas.
Cuando hay gente que sale a la
calle y protesta, consigue beneficios que también te afectarán a ti, pero es
necesario que te conciencies y cuando se hagan próximas convocatorias te lances
a la calle y seas uno o una más. Un sistema de sinvergüenzas tiene que tener enfrente
a cuanta más parte de la ciudadanía mejor. No debemos dejarnos seducir por las
falsas palabras de los que tienen tantos intereses que se alejan de los propios
que demanda la ciudadanía. Ahora han comenzado los jubilados a manifestarse y,
el Gobierno comienza a temer por los hipotéticos resultados que obtendrían en
unas futuras elecciones, teniendo a tantos pensionistas en su contra. Salir a
la calle sirve para hacer rectificar las decisiones que toman ciertos
gobernantes desaprensivos y, muchos de ellos, mangantes. Quisiera expresarme en
otros términos, pero por el momento no me es posible, hay cantidad de
sinvergüenzas robando desde los partidos políticos y desde el Gobierno. Hay
cantidad de maldad dispersa por los escaños, peleando solo por obtener poder y
dominar la situación, mandar como si de un régimen totalitario se tratase. De
esa maldad, resultan las acciones contrarias a las necesidades reales de la
población. Llovía mucho, sin descanso, pero la entrega de un poco de nuestro
tiempo por marchar en la dirección que trato de exponer, mereció la pena.
Llovía, pero salimos a la calle para mostrar al poder de los caciques que no le
tememos al agua, al frío y que estamos dispuestos a pelear por nuestros
derechos, por nuestros salarios, por nuestras pensiones, por nuestros servicios
públicos, por todos y cada uno de los andaluces y de los españoles, también por
ti que te quedaste en casa a los pies de la estufa mientras tus vecinos se
mojaban.
Siempre hay quienes dicen que
manifestarse no sirve para nada, pero el número importa, cuando se manifiesta
un gran porcentaje de la población… acongoja hasta al más pintado. Solo tenemos
que volver sobre la heroicidad de nuestros mayores, han salido con paso firme y
con deseo de seguir en la calle hasta que sus pensiones consigan igualarse a la
subida que experimente el IPC, y el Gobierno ha comenzado a dar tímidos pasos hacia
los objetivos reclamados por los mayores. ¡Andaluces, Vascos, Catalanes,
Murcianos, Valencianos, Madrileños y todos los habitantes del resto del
territorio español, con mayúsculas porque importamos, porque nos han tratado de
hacer creer que no somos nadie… somos la mayoría y la mayoría es el poder, hay
que manifestarse!
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