Los hombres y mujeres no tienen
que rivalizar, la sociedad todo lo quiere resolver con la competitividad y la
competitividad es distancia, es lucha, es dominación de unos, los que ganan,
sobre los otros, los que pierden en esa competición. No se trata de eso sino de
igualdad, de igual trato, de igual respeto, de igualdad de oportunidades y
condiciones en los diferentes ámbitos de la vida. Ni los hombres son mejores
que las mujeres ni viceversa, somos seres humanos que nos complementamos, que
nos debemos amar y que debemos colaborar en cada uno de los proyectos: familia,
trabajo, futuro, progreso, educación de los hijos, tareas del hogar, etc. La
unidad familiar somos todos los que la integramos y nadie es más que nadie,
todos debemos remar para que el paseo por la vida sea grato para todos. Hemos
sido educados en una sociedad machista, eso es cierto, por instructores
machistas, que han asentado bases desde la antigüedad que eran favorables a los
hombres y, muchas veces, anulaban a las mujeres o les restaban derechos o
privilegios frente al hombre. No obstante, tenemos cerebro y se supone que
inteligencia, para discernir y salir del engaño que es el que se reproduce en
la sociedad, por ejemplo, con los gobiernos, ellos son los núcleos de
patriarcado, los que mandan y la ciudadanía tiene que obedecer sus leyes y sus
acuerdos, todo aquello que nos quieran imponer. Hasta ahora la presidencia del
Gobierno nunca ha sido ocupada por una mujer… el machismo continúa aunque digan
lo contrario y se disfracen para salir en la foto.
Las mujeres acceden a más
trabajos de los que desde siempre eran tareas mejor vistas para realizarlas los
hombres, pero existe algún freno que impide que accedan a los puestos de
responsabilidad con la misma facilidad que lo hacen los hombres. A la hora de
la verdad siempre hay más hombres en los consejos de administración y en cargos
de poder, lo que hace que cuando tengan que elegir, elijan a hombres para las sucesiones
de otros puestos de poder. Además, hay discriminación en los salarios, como dicen,
existe una brecha salarial entre hombres y mujeres que desarrollan los mismos
puestos de trabajo, con la misma categoría profesional, desarrollando las
mismas tareas… al hombre se le paga más. O sea, que no se está pagando tiempo,
tipo de trabajo y conocimientos… hay algo más bajo cuerda, algo muy propio de
las empresas, que ni por asomo, declaran a las autoridades todo lo que hacen o
pagan… casi todas están al margen de la ley si fueran sometidas a una
exhaustiva auditoria.
Al respecto, todos hemos tenido
ocasión de escuchar a nuestro Presidente, al cínico Marianillo, él no se moja
en esta injusticia de la brecha salarial, ¿cómo va su gobierno a legislar
contra los empresarios, obligándoles a pagar lo mismo a personas, sin distinción
de sexo, que desarrollan el mismo trabajo durante la misma jornada?... ¡hasta
ahí podría llegar la broma! M. Rajoy, el cínico para los amigos, legisla para
que los empresarios puedan seguir cometiendo todo tipo de tropelías y para
asegurarse la financiación ilegal a través de sus donaciones, igualmente, dadas
bajo cuerda, o sea, en negro, el color que tanto le gusta a los mafiosos
aplicar al dinero que mueven. El movimiento de la gente en la calle, las
protestas y la reivindicaciones de todos nosotros y nosotras, va a desmontar el
chiringuito de esta partida de sinvergüenzas que se han hecho con el poder para
engañarnos y robarnos. Hoy tenemos una oportunidad de mostrárselo al inepto
gobierno del pasivo M. Rajoy, el de los sobres en negro. Y cuando nuestros
mayores se manifiesten en todas las ciudades de España, vayamos a acompañarles
todas las personas que estemos libres o tengamos más tiempo, porque su lucha es
la de todos. Lo que se saque a favor de las pensiones nos afecta directamente o,
indirectamente, a todos para el día de mañana. Contra las injusticias, la
corrupción y la pérdida de derechos… ¡MANIFESTACIÓN!
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