Todo el que piense diferente y
estorbe para el proyecto de sociedad oprimida del PP, a la cárcel. Parece
mentira que a estas alturas haya presos políticos, presos que por tener un
proyecto distinto al que quieren otros, vayan a la cárcel unos detrás de otros.
¡Qué valor da el juez Llarena a la libertad de pensamiento y acción de los
políticos catalanes!, ¡Qué poco valor da a las acciones delictivas del PP!, yo
creo que no es lo mismo el intento de llegar ser algo que ni por un día fue, a
haber robado todo lo que ha robado el PP, lo que ha malversado y distraído el
PP, etc. Sin embargo, las tropelías cometidas por el partido más corrupto han
de ser insuficientes para que este mismo juez o cualquier otro actúen con la
misma celeridad y contundencia contra él.
Es evidente que Llarena se está
vengando, seguramente, no en nombre propio pero sí en el del PP, de todos los
políticos independentistas catalanes. El despropósito es manifiesto, esto no es
democracia, no hay tolerancia, no hay negociaciones sino imposición de condenas
por la fuerza. ¿Cómo se ha de obrar cuando un gobierno regional se presenta con
un programa que marca una dirección, se le deja participar en las elecciones y
cuando es votado o elegido para gobernar, se aborta su gestión con imposiciones
del Gobierno central? La mitad del Gobierno independentista está en la cárcel y
la otra mitad exiliada y perseguida, pues ya España ha emitido orden de busca y
captura internacional contra los políticos catalanes huidos. Es pura
cabezonería, tan solo se persigue el castigo ejemplar para que se les quiten
las ganas de seguir luchando por lo que se considera un ideal de nación. El
Gobierno central y su comparsa de togas negras tratan de cortar las alas a
cualquier núcleo de población que ose saltarse leyes obsoletas o injustas. No
dudan en encerrar a diestro y siniestro, no dudan en mandar antidisturbios a
aporrear ciudadanos y ciudadanas que apoyen la libertad y el derecho de
separarse del Estado corrupto español.
Algunos presos políticos llevan
cerca de seis meses privados de libertad, les están haciendo héroes y motivo de
una remarcada mención en la historia de nuestro país y, más concretamente, en
la de Cataluña. Las leyes están para cumplirlas, a lo que yo añado… si su
contenido protege los intereses de la ciudadanía. En el caso contrario hay que
cambiarlas, y si los intereses propios de algunos no lo hacen posible o, no
quieren… hay que saltárselas, hay que incumplirlas. Ya está bien de seguir sintiéndonos
como bestias en establo. Ya está bien de que no podamos hacer lo que queramos
sino lo que quieran ciertos grupos minoritarios de poder. Nuestra guerra ha de
ser contra ellos, contra los que han usurpado el poder que le corresponde a la
ciudadanía. Contra todos esos que dictan normas que empeoran las condiciones de
vida de la gente de este país. Son ellos los que sobran, no los que se atreven
a probar nuevas vías o transitar nuevos caminos. Yo estoy con los idealistas,
con los que se atreven a soñar, no con los que usan métodos represivos que me
recuerdan mi juventud.
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