Ayer supimos que la World Race de
vela no se celebrará en 2019 en la ciudad de Barcelona por motivos políticos.
De nuevo aprovechan una decisión de sus organizadores, debido a que los
patrocinadores no quieren soltar la pasta, para volver a cargar contra el
independentismo. Desde mi punto de vista, todos se han confabulado contra el
movimiento independentista para derrocarlo, ya que no pudo ser en las urnas.
Están haciendo todo lo que les es posible para sembrar en la cabeza de la gente
miedo al hundimiento de la economía catalana, debido a esas ideas políticas,
para que igual que las malas políticas de Rajoy hicieron crecer el número de
independentistas, en esta ocasión, con esta presión económica, descienda.
El Gobierno central lo intentó
con la fuga de sedes fiscales de las empresas y siguen intentándolo. Antes de
la World Race de vela, fue el asunto de la Agencia europea del medicamento y,
posteriormente, Mobile World Congress. Además, del Art. 155, las cargas
policiales o la venganza judicial, contra políticos catalanes, ordenada a la
carta. El Gobierno central como casi siempre, juega sucio, tira de influencias
para dañar la economía catalana, como recordaremos, por las grabaciones del Sr.
Fernández, ex Ministro de Interior, que no tuvo ningún reparo para reconocer
que había habido un complot para hundir la sanidad en Cataluña así como para
desacreditar a políticos catalanes contrarios al PP.
El terreno de juego de la
política española está embarrado y no deja de llover en forma de gotas de
corrupción, así que es muy probable que la situación pueda empeorar. Una buena
forma de desviar la atención es tener el tema catalán sin cerrar del todo, que
es lo que están haciendo y, cuando surge alguna noticia que les ataca
directamente al partido del Gobierno o al Gobierno propiamente dicho, tiran del
tema catalán, hacen algún otro movimiento que distraiga. La política española
es inmundicia porque se ha errado la dirección y los objetivos. El fin de la
política, como he dicho en tantas ocasiones, para mí es el problema de la gente
y hacer todo lo posible por solucionarlos. Sin embargo, como también he
repetido en otras tantas ocasiones, los políticos han quedado presos de su
ambición de poder y en la carrera por la consecución de un mayor número de
votos que los demás. Eso no toca, las familias españolas están muy al límite,
tocan fondo con salarios que han retrocedido diez o quince años y pensiones que
no sirven para poder pagar facturas y comer. Todos, en este puñetero país,
hemos perdido poder adquisitivo a lo bestia, todos menos los políticos que
muchos se subieron sus salarios un 25%.
La política de una gran mayoría
de partidos dirigidos por entes de poder monetario, va en contra de la
ciudadanía, nos hace daño, no la queremos porque lo único que consigue es
traicionarnos. La gran mayoría de la clase política nos está parasitando, nos
está atracando de un modo legal según sus leyes, que para eso las hacen para
conservar su grado de privilegio e impunidad. Ya les tenemos demasiado vistos,
¿cómo nos van a representar, si la mayoría se han convertido en nuestros
enemigos?
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