La seguridad
social está regular, casi seguro que se debe a los recortes practicados
últimamente. Mi madre se cayó hace ocho meses, de lo cual resultó un dolor
bastante intenso en ambos costados, fue a su médica que de seguida le remitió
para que le hicieran radiografías y, desde primera hora, le dijeron que no
tenía ninguna rotura, que era el dolor típico, como se dice vulgarmente: que la
carne se había despegado de los huesos, que era muy doloroso, y con el tiempo
se le quitaría. Lo cierto es que el dolor no remitía sino que empeoraba,
teniendo que ir hasta en tres ocasiones al servicio de urgencia del Hospital
Universitario Virgen del Rocío, donde le vuelven a hacer radiografías en las
tres ocasiones, dándole el alta inmediatamente, con explicaciones similares a
las obtenidas de su médica.
Como ya
llevaba seis meses de dolores insoportables, mis padres deciden gastarse su
dinero y averiguar qué está pasando. Van a la Clínica Hospital Quirón (Sagrado
Corazón de Sevilla) y encargan un estudio completo, en el que le hacen a mi
madre resonancia, TAC, radiografías, ecografías, etc., resultando que tiene el
coxis fracturado y un neurofibroma que se ha formado a la altura de la misma
fractura. Evidentemente, mis padres han cursado la correspondiente hoja de
reclamaciones contra el Servicio Andaluz de Salud, porque no hay derecho que
una persona vaya repetidas veces a su médica, así como a los servicios de
urgencia del hospital general de Sevilla, buscando un remedio a sus dolencias,
y ni siquiera obtenga un correcto diagnóstico. Para conocer el diagnóstico mis
padres han tenido que desembolsar 900 euros, que es lo que le ha cobrado el
Hospital Quirón, por efectuar el estudio o chequeo integral.
El asunto del
desafortunado servicio público de salud no queda ahí. Ayer comencé a hacer
gestiones, una vez conocida la fecha de la consulta en la Clínica del dolor,
para el próximo lunes, para que una ambulancia pudiera recoger a mi madre y
trasladarla a dicho centro. Pues bien, el desconcierto y las trabas
continuaron. Llamé en primer lugar a la Consejería de salud de la Junta de Andalucía,
expuse el caso, y me indicaron que la solicitud de la ambulancia la debe hacer
su médico de cabecera o el especialista que la derivó a la Clínica del dolor,
cualquiera de los dos. Llamo en primer lugar a su ambulatorio para coger cita
para la médica de mi madre, exponiéndole el caso, y me dice la chica de la
recepción, que ese servicio no es posible, que la ambulancia no va a atenderlo,
puesto que su médica no es la persona que la derivó a la Clínica del dolor.
Insistí con lo que me había dicho la Consejería de Salud, y la señorita del
ambulatorio decía que la ley actual no era así, que lo mejor es que hiciera las
gestiones para que la solicitara el especialista que la derivó.
Llamo al
centro Virgen de los Reyes, de la calle Marques de Paradas, hasta conseguir
hablar con las enfermeras de la consulta de neurología, donde había sido
atendida mi madre. Les comento el caso, y me dicen que tengo que pasarme por
allí, en persona, que me entregarían la solicitud de ambulancia firmada por el
neurólogo, para que la bajara al mostrador de recepción. Le pregunto si eso no
lo pueden hacer ellas, que es en el mismo edificio, que es una gestión interna,
que me tengo que desplazar a la otra punta de Sevilla, solo para bajar un papel
de la 5ª ó 6ª planta a la baja; y la única respuesta que obtengo es que lo
tengo que hacer yo, porque ellas no lo bajan. Pero bueno, ¿a dónde estamos
llegando? ¡Ah, la consulta del neurólogo de 15h a 19h, con los cuarenta y
tantos grados que tenemos en Sevilla! ¡De facilidades a los ciudadanos, nada de
nada! Como siempre disparidad de criterios y argumentos, dependiendo con quien
se contacte.
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