La derecha
española, cercana al empresariado, le ha costado poco hacer negocios con ellos;
hasta tal punto que la avaricia de ciertos individuos políticos ha hecho
estallar, la burbuja del comisionado y la financiación ilegal, por los cielos.
Es evidente que las formas habían enraizado en lo más profundo de la estructura
del partido. De ahí, que las malas y delictivas prácticas hayan surgido en
cualquier región española, o en cualquier Ayuntamiento donde estuviera
gobernando el PP.
La izquierda
venida a menos y, por tanto, actual centro-derecha, denominada PSOE, se inventó
para mangonear, igualmente, lo de los EREs y lo de los cursos de formación, con
los que se han distraído algunos miles de millones de euros, que algunos se lo metían
por la nariz, se lo gastaban en copas y putas, lo guardaban bajo el colchón
como el tal Lanza, conseguidor de los EREs por parte del sindicato UGT, y ya
que nombro el sindicato, otros lo emplearon en abultadas comilonas y
mariscadas.
Lo curioso del
caso es que ninguno de los “jefes” tanto de un partido como del otro, se
enteraban de nada. Esta es la tónica general y frecuente, nadie sabía nada,
nadie veía nada, todos eran inocentes y sus compañeros de partido confían mucho
en ellos. Los jueces los imputan por prevaricación y malversación, como es el
caso de Chaves y Griñán, pero Susana sigue creyendo en la inocencia y la
honestidad de estos dos “jefes” que no supieron ver lo que pasaba a su alrededor.
A Pedro Sánchez le sucede otro poco de lo mismo, los exculpa, se pone de su
lado y, por tanto, contra la justicia y sus investigaciones; les pasa la mano
por el lomo a los presuntos delincuentes y proclama su creencia en la honradez
y honestidad de los sordos y ciegos de su partido político.
¿Cuántos distraídos
más tenemos que aguantar en este país, para que de una vez por todas se
desenmascaren a todos los caraduras que se encuentran saqueando los dineros
públicos? ¿Cuántas trabas más le van a poner a los jueces de este país, para
que se dilate en el tiempo los casos de corrupción interminables, o para que se
aireen los trapos sucios cuando a ellos les interesan, siempre en fechas
alejadas de las elecciones?
Los ciudadanos
estamos hartos, pero que muy hartos de que individuos ladrones estén al frente
de Instituciones públicas. De que nuestros dineros sean movidos y malversados
por gente sin escrúpulos ni moral alguna. Estamos hartos de que nos mientan
continuamente y de sentirnos un tanto maniatados e impotentes, pues nuestro
deseo sería que salieran inmediatamente de la vida pública, echarles de los
cargos públicos y que se alejaran cuanto más mejor. ¿Cómo podríamos exigirles
que nos devolvieran todo lo que ha sido nuestro y nos lo han robado? ¿Qué se
podría hacer para que los jueces fueran contundentes de una vez por todas, y se
dejaran de aplicar condenas de compromiso? ¿Cómo Carlos Fabra puede tener ya el
tercer grado, cuánto cuesta un aeropuerto inservible? ¿Cómo hablan de una
condena a Messi de veintidós meses (para que no pise la cárcel) con un delito
de fraude fiscal de 4 millones de euros, cuando hay algunos que se han llevado
casi ese tiempo en prisión preventiva, sin conocerse aún el delito cometido? ¡La
justicia en nuestro país es un despropósito! Los jueces no pueden ser elegidos
por los señoritos del PP y del PSOE, porque pasan estas cosas tan lamentables.
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